- jueves, 05 de diciembre de 2024
- Actualizado 19:18
El dato es demoledor. Una de cada dos personas mayores de 18 años vive del estado: subsidio, ayuda, renta, pensión, sueldo de funcionario o de empresa pública, llámalo como quieras. Es decir, cada currela privado o cada autónomo que sale diariamente ahí fuera trabaja para generar dinero destinado a su sueldo y a pagárselo a esa otra persona que vive del estado, que el estado no genera riqueza, solo reparte la que le llega vía impuestos.
Nunca habíamos alcanzado estos niveles desquiciados en nuestra sociedad. Si metemos el grupo de población de 0 a 18 años en este cisco, estamos hablando de que la sociedad española, económicamente, es sostenida por más o menos una de cada tres personas. Si esa persona con trabajo en empresa privada o autónomo desaparece, es decir, pasa a ser fijo discontinuo, lo que antes llamábamos parado, se esfuman dos sueldos y tres bocas se quedan sin comer.
Como me conozco a mis clásicos, y sin que sirva de precedente, me voy a justificar, que uno ya se hace viejo y se aburre de señalar la luna y que le hablen del dedo.
No estoy diciendo que los funcionarios y similares no trabajen, ojo. Todos sabemos y yo el primero que los funcionarios trabajan una barbaridad, no hacen otra cosa más que trabajar y trabajar. Lo que expongo es que si los funcionarios pueden cobrar a fin de mes es porque hay un tejido privado que mete dinero en la caja común para que el estado pueda abonar todas esas nóminas. Una sociedad compuesta solo de funcionarios no podría pagarse las mensualidades con sus propios impuestos. Metafísicamente es imposible.
Pues con este panorama tan oscuro, va la PSOE y no tiene mejor cosa que jugar, para hacer presidente a Sánchez, con todos los partidos que quieren cargarse el estado.
Esto empieza a parecerse al juego ese donde se van sacando piezas de madera de una torre para colocarlas en la parte superior, haciendo cada vez más inestable la estructura hasta que físicamente no aguanta más y se derrumba.
Es decir, como no está suficientemente debilitada la estructura del estado en el que vivimos, vamos a zarandearlo todo aún más, a ver si termina ya por demolerse por completo. Si no se entiende os lo traduzco, por ejemplo, al euskera, que lo dominoak bastante bien desde que vivo más en San Sebastián que en Irroña. El País Vasco, entre lo que genera para pensiones y lo que cobran los pensionistas cada año, tiene un desfase equivalente a todo el presupuesto anual de su sanidad.
O lo que es lo mismo, si fuera independiente y ese agujero no lo taparan las cotizaciones generadas por los trabajadores de la comunidad de Madrid -única comunidad española, Cataluña no cuenta porque no lo es, que genera más de lo que gasta-, los jubilados vascos tendrían que reducir sus pensiones de un día para otro a prácticamente la mitad. ¡Es que tenemos derecho, lo hemos cotizado anteriormente! Pues pídanle explicaciones al esquema Ponzi que es la estafa piramidal de las pensiones, a mí qué me cuenta... pero con el derecho se quedará y con el hachazo también.
Pasar de tener las pensiones más altas del estado a que esas pensiones se reduzcan drásticamente en el nuevo estado vasco, a lo mejor produce una felicidad espiritual tan alta que compensa tener la mitad de dinero para comer, pero con lo que les gusta zampar jatorramente a los aberchándales no lo creo.
A veces dan ganas de que reviente todo y sentarse a comer palomitas observando a todos esos que viven como Dios del estado español que tanto odian y quieren destruir, alcanzando por fin sus anhelos más profundos; que como todo el mundo debería de saber, es lo más peligroso que hay en nuestra vida.
Cuidado con lo que deseas, que los deseos pueden hacerse realidad y luego llegan los lloros. Que no digan que nadie les avisó cuando se pongan estupendos como Ortega y Gasset con su no es esto-no es esto. Y eso es todo.