- lunes, 09 de diciembre de 2024
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Al final ya solo nos quedan los cuatro reyes de la baraja... bueno, y alguno más, en eso no acertó el rey Faruq de Egipto cuando, tras ser derrocado en 1952, soltó la mítica frase de que dentro de cien años solo existiría la reina de Inglaterra y los cuatro reyes de los palos de los naipes. La reina Isabel II ha muerto en el escocés castillo de Balmoral. Donde nació Victoria Eugenia, la que da nombre al teatro donostiarra, por cierto.
Murió la última estrella de rock, hasta Mick Jagger se había rendido ante ante la reina hace años aceptando el título de Sir. Desaparece la última punkarra. Ella, que había sido el eje sobre el que giró la protesta de los Sex Pistols, poniéndola en ojo del huracán con el célebre himno del grupo punk, al final se los comió a todos.
¿Donde está el punk hoy? Shaved, como pronunciaban ellos el save de su God Save the Queen. El punk está afeitado. Hoy hasta las crestas y los imperdibles, las chupas de cuero y las botas con sus puntas de acero, con sus hebillas, con sus mil ojales, son ya solo atuendos mainstream, cultura capitalista completamente domesticada. Hasta en Pamplona te puedes cruzar ahora con algún jovencito que ha adoptado esa estética, pero con olor ya solo a colonia Nenuco.
A la Reina Isabel II nadie logró domar en sus 70 años de reinado. A sus 95 años aún le daba a la ginebra, ahora que todos aquellos contestatarios de chichinabo se han pasado al veganismo de las sopitas de ajo. Tan malotes que se creían y han acabado adoptando la palabra borracho como un insulto. Je. Je. Je.
De todas las fotos, y en siete décadas hay muchas, la que más me impresiona es una en la que Isabel II con guantes blancos y Martin McGuinness impecablemente trajeado y encorbatado, antiguo comandante del IRA y número dos de Sinn Fein, se dan la mano en Belfast. Dejemos esta locura, volvamos a la civilización, al respeto, a la reconciliación, a la paz. Construyamos el futuro.
Me hace gracia cuando los cutres aberchándales etarrillas de aquí, que solo ansían la victoria ascendiendo aún ahora por el dolor que causan y han causado, que nunca han querido reconciliarse con nadie, solo aplastar por otros medios, embutidos en camisetas de tirantes enseñando sobaquera avinagrada, se quieren equiparar al proceso que han seguido en Irlanda del norte. Ni ética ni estética, solo mugre... y PSOE. Aquí sólo se quiere construir el pasado.
Qué tal, le dijo él. I'm still alive, contestó ella. Sigo viva. Típico humor inglés, típica flema británica. Otras formas, otro mundo, otro boato, otra pompa, otra circunstancia. Otra elegancia entre enemigos. Con un adiós y que Dios le acompañe se despidió el católico de la reina anglicana. Otra forma diametralmente opuesta de hacer las cosas.
Ya podemos sacar el "Ceremonial de la Coronación, Unción y Exequias de los Reyes de Inglaterra" que existe en el archivo de Navarra, una joya medieval monárquica que conservamos porque nosotros, como buen reino que siempre hemos sido, tenemos también una reina de Inglaterra, Juana de Navarra, de la casa de Evreux; y dar el último adiós a The Queen, antes de coronar como nos indica la obra protocolaria a su hijo Carlos III. La reina ha muerto, viva el rey. Y eso es todo.