- sábado, 14 de diciembre de 2024
- Actualizado 08:46
Es el espectáculo de siempre. No sé cuanto tiempo lleva repitiéndose, como el Tenorio por Todos los Santos. Llega la izquierda, ve una catástrofe y se sube a ella para sacar rédito político, votos, ventaja... llámalo como te de la gana.
A mi generación se nos presentó la primera vez este teatrillo con el Prestige. Se hunde un barco roñoso, llega la izquierda y se ponen a jugar a la política con el pringue que ha soltado. Luego el 11-M. Hay un atentado con 192, se suben sobre ellos y se montan la campaña electoral express más exitosa de la historia. Lo volvieron a intentar con los pelets, aquellas virutillas de plástico que nadie veía y que no cuajó, porque era absurdo, y lo han vuelto a hacer con las riadas de Valencia. Ven 250 muertos, se suben sobre ellos y a surfear sobre la catástrofe para sacar votos.
Hay que politizar el dolor, se le oyó una vez a Pablo Iglesias, en un arranque de sinceridad, definir esta estrategia. Coge una catástrofe, súbete a ella, exprime todo ese dolor y canalízalo para tu beneficio. La cosa es así de simple. Y como les funciona una y otra vez, la utilizan. En Valencia es lo que están haciendo. Con la diferencia de que esta vez, la izquierda tiene responsabilidades políticas y responsabilidades ideológicas directas sobre el drama.
Fueron ellos los que dinamitaron el Plan Hidrológico Nacional, que incluía la construcción de infraestructuras que mitigaran riadas como las de hace dos semanas, y son ellos los que tienen el poder del estado, que en un alarde sorprendente, te quieren hacer creer que el presidente de un gobierno, nada puede hacer en el territorio sobre el que gobierna porque no gobierna él sino los presidentes regionales.
Es que no nos cogía el teléfono el presidente de Valencia y no podía hacer nada el presidente de España, se justifica la ministra Ribera, que vive en Bruselas porque está esperando que le den un sillón. ¿Y si en vez de estar de tonteo y sobremesa se lo hubiera llevado la riada, tampoco podrían haber hecho nada, seguirían a día de hoy mandándole SMS, a ver si los contesta desde el más allá? Un general diciendo que a él que le registren, que eso es cosa del capitán y que en ese espacio no puede entrar. Chorradas para ingenuos, incautos o sectarios.
Nadie defiende a Mazón el inútil y a su consejera impresentable. Todos piden que se vayan. Así que no perderemos el tiempo en ellos. Que se piren, largo, fuera. Estamos todos de acuerdo. Lo sorprendente de este asunto es que después de que la izquierda que gobierna el estado no hiciera nada para evitar la tragedia, y haya dejado tirados a los valencianos dos semanas sin medios ni personal público, que ahí quien ha pringado y sigue haciéndolo es la gente, se hayan embarcado en la carrera de siempre para sacar tajada de esta catástrofe protegiendo de paso a los suyos. Nadie de izquierdas pide la dimisión de la ministra de la cosa esa de las inundaciones ni del presidente del gobierno, después de dedicarse Sánchez desde el principio a gestionar esta catástrofe con la calculadora política de sacar votos.
Es nuestro momento, se relamía una ministra de Sánchez en aquellos papeles que se le leían en una foto indiscreta que ellos mismos hicieron circular. Toda la maquinaria de la izquierda se ha puesto en marcha no para ayudar, que en Valencia ninguna organización de izquierdas como tal se le ha visto quitando barro, sino para montar la campaña de propaganda más grande de las últimas décadas. Y les saldrá bien, porque la izquierda de construir no tiene ni idea, pero de publicidad, lo que quieras, que en eso son unos maestros. Y eso es todo.