Llevo días con dos cuestiones dándome vueltas en la cabeza. La cita de Orwell en la novela 1984, "La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud..." y una escena tan cínica como magistral de la película de Tim Burton, Mars Attacks!, donde los marcianos persiguen y disparan a todos los humanos que huyen despavoridos mientras por la megáfonos que llevan los extraterrestres, van soltando una única consigna: no corráis, somos vuestros amigos.
Ahí está Podemos. En la trola. En decir lo contrario de lo que ocurre, en que las palabras signifiquen lo opuesto a lo que significaban. Iglesias, que sigue pastoreando desde los micrófonos de sus medios el partido que lidera la amiga de la universidad de la madre de sus hijos, en esa prostitución del lenguaje anda, machaconamente. No os vamos a ayudar, ucranianos, por vuestro bien, para que Putin no os mate. No os vamos a mandar armas para que os defendáis porque debéis rendíos, es la única fórmula que os ofrecemos de paz... la guerra.
Y Belarra, que es una mindundi de Pamplona que suelta las consignas que le dan mascadas desde arriba -que es Iglesias y que es Maduro aún más arriba todavía-, quiero creer que sin pararse a pensar que tras ellas hay cientos de miles de refugiados y asesinados, insiste en la idea, que básicamente es que no queremos que gane Putin la guerra, queremos que la pierda Ucrania... por la paz.
¿Será consciente Belarra de que sus frases como ministra de un país europeo, como líder –aunque sea de paja- de un partido que forma parte del gobierno de un país europeo, no son inocentes y causan, alientan, fomentan que haya en Ucrania más asesinatos, más refugiados y más destrucción? Sus palabras no son un juego sin consecuencias de asamblea universitaria, son tomadas como la excusa perfecta por Putin -mirad lo que dice el gobierno del estado español- para seguir con su masacre. ¿Será consciente esta doña Nadie de que con sus palabras van a caerle muertos que le acompañarán sobre la espalda toda su vida? Si no se ha dado cuenta, algún día, cuando menos lo espere, cuando crea que todo ha pasado ya, se le aparecerán los niños muertos en sueños por la noche para pedirle explicaciones. Lee. Es Shakespeare, estúpida.
Para Podemos dejarse vencer, bajar los brazos y no defender ni tu casa ni a tu familia, permitir que un psicópata te mande a Siberia o directamente te fusile -la guerra a la que les somete Rusia-, es la fórmula para encontrar la paz, que les llevaría a los ucranianos a la libertad, siendo realmente la esclavitud. Putin mientras tanto persigue y asesina a la población al grito de no corráis, somos vuestros amigos, somos lo mismo, todos somos rusos. Pumpún... y así hasta que todos los amigos terminen en el hoyo.
Ucrania es Rusia, clama Putin en sus homilías televisivas, para mí o para nadie, y como un maltratador que asesina a su pareja que ha decidido rehacer su vida sin él, Putin ha decidido que Ucrania para nadie, que la está reduciendo a escombros bombardeo tras bombardeo.
Ucrania es Rusia como los aberchándales dan la murga con que Navarra es Euskadi. Nafarroa Euskadi da! Ucrania Rusia da! Siempre es la misma guerra. Siempre es la misma obsesión. Siempre es el mismo maltrato. Siempre es la misma mierda. No dejar a la gente en paz haciendo su vida en sus casas y con sus familias y construir imperios... de humo, de humo denso, de humo de crematorio alimentado con miles de muertos inocentes. Y eso es todo.
