"La izquierda no ha calibrado bien con la carnaza que ha lanzado a los suyos para tenerlos entretenidos".
- viernes, 13 de septiembre de 2024
- Actualizado 20:57
Paseando ayer por San Sebastián, un domingo de agosto, me di cuenta de una cosa terrible: las calles estaban medio vacías. Las calles y la playa de la Concha, también a medio gas, como apagada, sin gente pero en cambio con la turra a todo trapo, que ahora utilizan la arena como lienzo para, con un palico, escribir mensajes políticos en ella. Qué cansinez, turra y más turra para que joda todas las fotos desde el paseo, para que nadie esté ajeno a ella si se apoya en la barandilla a disfrutar de la puesta de sol.
Me pasó también en julio en Marbella, entonces lo achaqué a que era entre semana, la poca gente que se veía un martes. En garitos que otros años estaban petados este verano podías sentarte a cenar tranquilamente sin reserva.
Por lo que leo es algo generalizado esta temporada. El turismo ha pegado un bajonazo de flipar. Cuidado con lo que deseas que puede cumplirse, y los deseos de matar la gallina de los huevos de oro se están haciendo realidad.
Los españoles no tienen ni un euro, recaudación récord de impuestos, eso sí, que nunca jamás había sacado tanta pasta el estado del bolsillo de los ciudadanos; y los extranjeros supongo que se han aburrido de que les roben y de que les monten manifas para que no vengan. Conclusión, se nos han vaciado las playas.
Como el Apocalipsis del clima no daba para más, y menos este año que encima el tiempo ha sido más fresco que caluroso, había que buscar una nueva monserga para que la gente no se pregunté por qué los trenes no funcionan, las carreteras están en un estado lamentable, la sanidad tiene unas listas de espera de morirte en ellas, la inseguridad de las calles es para no salir de casa... y los publicistas de la izquierda lanzaron lo de los turistas para entretener a sus bases y con ellas a la opinión pública.
Turism go home y a donde se go fueron a otras costas más amables, otros destinos más benignos, que para una semana barra diez días de vacaciones que tienes al año no vas a malgastarla en Barcelona con sus tarados autóctonos, por decirte una ciudad especialmente antipática con el que va allí a gastarse sus ahorros.
La izquierda no ha calibrado bien con la carnaza que ha lanzado a los suyos para tenerlos entretenidos. Se pensaba que su turra no iba a tener consecuencias prácticas, que la gente iba a venir aquí como siempre, hasta que la idea ha calado y han desaparecido de España un número significativo de visitantes y con ellos, sus ingresos.
Un clásico, lo de siempre. Como la izquierda los problemas no te los soluciona porque ni sabe, ni puede, ni quiere, que para eso hay que pensar mucho y trabajar más, pues entretiene a los suyos con debates absurdos que no le cuestan ni votos ni le requieren mayores esfuerzos.
Y así estamos, de chorrada en chorrada mientras todo se derrumba a nuestro alrededor. En Navarra tenemos la gilipollez que ha soltado Txibite de las duchas de cuatro minutos como remedio nadie sabe ni de qué males, porque si te pasas por Eugui el pantano está rebosante.
Para que el esperpento sea completo está repartiendo 24.000 relojes de arena en el cotolengo foral, ahí es nada, que a saber qué amigo los cobrará, dicho sea de paso, y mientras todo se desmorona, la gente discute en las cuadrillas la mamarrachada esta y no lo importante, que estamos empobrecidos a unos niveles que ya son dramáticos.
Una vuelta más en el tren de la bruja del PSOE y, cantada línea, qué verano se estará pegando Coronalzorriz que no se le escucha nada, por cierto, seguimos para bingo. Y eso es todo.
