Si con eso se destruyen los Sanfermines, pues que se destruyan. Qué más les da. Ellos, felices. Como cuando lograron suspender el chupinazo, cruzando de lado a lado la plaza del Ayuntamiento con su ikurriña.

No hace falta ser un genio, ni descubrir la pólvora ni el amonal, para saber que a los del partido de la ETA no les gustan los Sanfermines. Lo que les gusta es manosearlos. Para ellos, los Sanfermines son solo un escaparate: una masa de gente, muchas cámaras, repercusión mundial. Sobre eso colocan su cagada, su bandera, su pancarta y su monserga. Los secuestran para dar publicidad a sus tabarras.
Si con eso se destruyen los Sanfermines, pues que se destruyan. Qué más les da. Ellos, felices. Como cuando lograron suspender el chupinazo, cruzando de lado a lado la plaza del Ayuntamiento con su ikurriña. Si por ellos fuera, habríamos estado así los nueve días de fiestas. Lo primero, su neurosis: una ikurriña que tape la ciudad entera, que salga en todos los telediarios del mundo. Y si no hay Sanfermines, mejor.
Aún sacan pecho de aquello. Es alucinante verlos. Si tienes cerca a algún aberchándal, ya sabes de qué va la cosa. Te lo cuentan con orgullo, con satisfacción, como si hubieran cometido una heroicidad merecedora de aplausos por haber impedido el chupinazo.
“¡Gracias, gracias por dejarnos sin el momento de más alegría del año en Pamplona! Gracias por destruirlo, por vomitar sobre él. Qué honor. Ohlore, mucho ohlore, todo el pestilente ohlore que quieras”.
En su cabeza suena espectacular, pero son tan cazurros que no se dan cuenta de lo que dice de ellos: que los Sanfermines les importan un comino. “¡Qué marabilloak el día que no dejamos tirar el chupinazo y jodimos las fiestas a la ciudad entera para colocar nuestra ikurriña!” La bandera sobre Irroña, que lo cubra todo, que impida la fiesta, la libertad, la vida. Lo primero, la ikurriña. No hay nada por encima de ella, ni siquiera los Sanfermines. Entre la ikurriña y los Sanfermines, eligen la ikurriña.
Entre cualquier cosa y los Sanfermines, el partido de la ETA elige cualquier cosa. Este año vuelven a la carga, manipulando para usar el chupinazo a mayor gloria de su monserga. Leo, y abro comillas. Los aberchándales forman parte de la plataforma propalestina propuesta para tirar el chupinazo. Cierro comillas. ¿Es el chupinazo el lugar para tratar monsergas? No, como queda claro en las normas que ellos mismos votaron a favor.
Abro de nuevo comillas. En el procedimiento que regula la elección de la persona o entidad encargada del lanzamiento del chupinazo de San Fermín para 2025, aprobado por el propio alikate Joseba Asirón, se señala de manera clara que ‘queda excluida la posibilidad de otorgar este reconocimiento a representantes, entidades o agrupaciones de carácter político, sindical, empresarial o religioso’. Cierro de nuevo comillas.
Por eso mismo, el partido de la ETA y demás aberchándales quieren volver a manosear el chupinazo, para dejar claro que pueden hacerlo: el chupinazo es nuestro o no será. Y eso es todo.