- martes, 03 de diciembre de 2024
- Actualizado 20:58
San Saturnino. 29 de noviembre. Patrón de Pamplona. Recordemos que San Fermín lo es de Navarra entera, por eso sus fiestas son más las fiestas del reino al completo que se celebran en su capital, que solo las fiestas de la ciudad. No hay como dejar las cosas por sabidas para no tener ni idea de ellas.
En Pamplona hay dos patrones. San Saturnino y la Virgen del Camino. Comparten hasta espacio de culto en la misma iglesia. Para inclusivo, el catolicismo, antes de que la izquierda creyera inventarlo siglos después, que reparte patronazgos entre santo y virgen sin distinción, aunque luego nosotros no tengamos ni idea de ninguno de los dos, también sin distinción.
La devoción en Pamplona por la virgen del Camino debió de ser la leche, porque su capilla barroca, una obra que impresiona cuando entramos en la iglesias de San Cernin, es tan grande como el espacio gótico reservado al culto del santo Saturnino.
Curioso, también, que para el patrón de Irroña exista solo nombre en francés y en español: Saturnino y Cernin. ¿Por qué? Ah... unan por los puntos y obtendrán el dibujo que lo explique.
Entre que los unos han pasado millas de trasmitir el patrimonio cultural de Pamplona, cediendo a los otros ese terreno, y los otros, los que mandan ahora, con todo el campo para ellos, se lo han inventado, no tenemos mucha idea de dónde venimos como ciudad.
Pamplona/Navarra es Roma, Roma, Francia, vía reino Franco e imperio carolingio y esas cosas, y España, que para eso la herencia de Sancho III el Mayor reorganiza políticamente todo este espacio peninsular. Aquí no hay basajuanes (sic) ni demás monsergas que determinen histórica eta políticamente el asunto. Todo ese rollo no llega hasta el romanticismo wagneriano. Aquí tenemos más que ver, originalmente, con ese corredor que va desde Aragón hasta La Rioja: San Juan de la Peña, Leyre, Pamplona, Nájera... que con otra cosa. Pero nadie quiere hablar de ese elefante en la habitación porque incomoda mucho al aberchandalato dominante.
Toda esa zona donde florecieron ciudades como la romana Santa Criz, que el gobierno aberchándal de Navarra concienzudamente ha sepultado, negándole la financiación para su estudio, que no conviene. En esa zona, en ese corredor -Leyre debió de ser impresionante el poder/influencia que tuvo- pasó algo curioso en la Alta Edad Media, ahí está el epicentro del tomate histórico, cada vez me crea más curiosidad esa zona, pero es mejor no estudiarlo, que cada vez que alguien mete pico y pala nos aleja del mito del hermano guipuzcoano, que es más Castilla que Valladolid, dicho sea de paso.
Decía que somos tan Roma que nuestros mitos fundacionales de ahí vienen: Fermín es el hijo de Firmo, un senador de Pamplona, y Saturnino es un obispo francés que vino a evangelizarnos. Que será todo lo inventado que quieras, no lo discuto, pero puestos a inventarse, se podían haber inventado que fuimos evangelizados por San Mamés, para enraizarnos con los hermanos bilbainos, sin tilde.
Cuanto más rascas en la historia de Navarra menos romerías con camisa blanca, chalequito y chapela, muy de la idealización del siglo XIX vizcaíno, te encuentras. Pero como a nadie le importa, pues hoy es lo que hay, que no tenemos en realidad idea de nada.
Dicho lo cual, hala, a recibir hostias de Caravinagre, nacido en Valencia en 1941. Otro día nos seguimos haciendo preguntas. Que pasen ustedes un buen día de fiesta por Pamplona/Irroña. Y eso es todo.