• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Arrasate recupera la tecla y la interpreta

Por José Mª Esparza

Osasuna marcó juego, impuso ritmo, y dominó partido de principio a fin. Victoria lógica, justa, e inapelable. ¿Por qué? Sencillamente, sin Kike García, el técnico recupera de todo sus señas de identidad.

A un campo de fútbol hay que salir siempre a jugar, a competir, a disputar. A partir de ahí se gana o pierde, pero con la cabeza alta, las ideas claras, el ánimo intacto. Desde el minuto uno. En Los Cármenes salieron los rojillos a por todas, imponiendo su ritmo y empuje, su estilo de juego al paso, al toque, al pie, y no renunciando a sus señas de identidad: la lucha, la verticalidad, la honradez. En ningún momento del 0-1 pudieron los granadinos reclamar una sola pérdida de tiempo. Una victoria justa, clara y rotunda. Desde octubre, más de 600 minutos después, no anotaba Osasuna fuera de casa… y llegó el momento con todas las explicaciones.

Antes de nada, un canto a Budimir y al Chimy. Ignoro cómo les calificarán las siempre polémicas picotas. Para mí, los dos de sobresalientes. Se entendieron a la perfección. Es decir, se complementaron. Ambos no dejan de dar guerra. El argentino por todo el campo, incluida la defensa, el croata en el área, donde mejor se mueve y se erige en un gigante, y fuera de ella, donde encuentra más dificultades. Al césar lo que es del César, y a Budimir que no le quiten su principado, y menos sus propios compañeros. Una lección la dictada en Granada por Ante Budimir. Sin gol, pero con muchos y necesarios ‘a puntos´.

Dicho lo dicho, constatar que Jagoba volvió a acertar dejando a Kike García en el banquillo. Suplente. Lucha alocadamente, con ADN cien por ciento rojillo, pero la dupla Budimir-Chimy aporta mucho más al ADN del ‘Osasuna made in Arrasate’. Son rápidos, eléctricos, saben sacarse las castañas del fuego y ofrecerlas a los demás. Tienen peligro y condicionan extraordinariamente al rival, le mantienen permanentemente preocupado. Aciertan o no, pero al menos en Granada permitieron que acertaran otros.

Además, Arrasate acertó esta vez al quitar en el minuto 75, un cuarto de hora después de lo acostumbrado, a ambos puntas (Ante y Ezequiel) para reforzar el centro del campo (Javi Martínez) y dejar a Kike García solo en la punta, para no pegarse con nadie que no fueran los rivales. Además, se encontró con el gol. No tuvo mas que empujar el balón para rematar el trabajo de todos sus compañeros. Como debe ser. Sin duda, el técnico extraerá consecuencias.

Desde Villarreal, donde instituyó los cinco defensas, hace más de tres meses que Osasuna no ganaba a domicilio. Al final se ha dado cuenta que los cinco centrales y el doble delantero con Kike García con derecho de pernada fueron el comienzo del caguetismo. Por cierto, Brasanac, que vio la amarilla de fin de ciclo, dejó la alineación a pedir de boca para el la visita del Sevilla. No hará falta retocar nada para dar entrada a Kike Barja y dar libertad a Ezequiel por detrás de Budimir. A partir de ahí, el técnico sabe más y decide mejor en alineaciones y movimientos de hombres. Obvio.

Por otra parte, es fácil hacerse cruces con un técnico, Robert Moreno, que avisaba del fútbol directo de Osasuna. ¿Dónde ha visto al mejor equipo navarro, quién le ha informado? La prensa, no toda, la ignorante, que abunda al informar de clubes de segunda fila, caso de Osasuna, se mueve por tópicos, se ahoga en los tópicos para ignorar la evidencia. Estos rojillos se mueven al toque como pez en el agua, nada de fútbol directo más allá de acciones puntuales, necesidades imperiosas o cambios de juego, si les quieren denominar así. Osasuna jugó al toque, algo que el técnico granadino ni esperó ni supo contrarrestar, y que los aficionados rojillos tuvieron que frotarse los ojos para volver a saborear.


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