• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Aunque sea de penalti, lo importante es ganar

Por José Mª Esparza

El partido se jugó en el campo del Cádiz, en su área, quizás por eso ahí llegaron los evitables errores amarillos que hicieron justicia al desfase entre ambos equipos.

Osasuna Cádiz Esparza
Kike García celebra su gol de penalti ante el Cádiz. ÍÑIGO ALZUGARAY

Cada partido es diferente y así hay que juzgarlo. Nada qué ver, ninguna relación entre la victoria sobre el Sevilla y los tres puntos ante el Cádiz, que con un 2-0 en contra seguía jugando igual que al inicio del encuentro. Nada qué ver.  El triunfo ante los gaditanos podríamos denominarle el millontrescientoscincuentamilquinientosveintisiete, es decir, uno más del ochenta por ciento que ocurre cada temporada, en un sentido o en otro. Eso sí, Osasuna ganó más que merecidamente, aunque fuera como fruto de dos penaltis que te regala el equipo rival.

Lo que ante el Sevilla fue trepidante, eléctrico, intenso, ante el Cádiz se conviritó en espeso, lánguido, unidireccional, pasaminutos. Estaba claro que la victoria debía llegar, aunque solo fuera porque el partido se jugó durante 89 minutos de los 90 en el campo gaditano. Eso sí, ninguno de los dos equipos disparó a puerta. Los dos goles, dos penaltis evitables. El Cádiz repetirá temporada si se salva en el último minuto. A eso juega.

Cada cual rentabiliza lo que tiene. Me respondían al lado que el equipo de Sergio González jugaba con un 4-4-2 de libro, tras yo afirmar que en realidad se trataba de nueve defensores, distribuidos en dos líneas, y un punta de figurín, a ver si puede pillar alguna.

Por eso que con el 2-0 seguían igual que en el primer minuto. No dan para más, opción que les confirmó la expulsión tan merecida como estúpida de Alarcón. Sin embargo, no se trata de mencionar nombres propios en un partido de bloques.

Fueron dos bloques que desde la línea de salida aceptaron y asumieron sus roles. A Osasuna resultaba imposible hacerle creer que no iba a ganar, y Budimir lo dejó claro durante el tiempo que estuvo en el campo (fue la única novedad en el once inicial, desplazando a Chimy a banda en lugar de Barja).

Al Cádiz ningún Rappel podría convencerle que no iba a perder, ni aunque sonara la campana con insistencia. No tiene mimbres para más. El año pasado Fali parecía creérselo, esta vez imposible, desapercibido. Es lo que hay.

Osasuna cumplió con creces ante un equipo que vino a hacer pocas cosas, fundamentalmente no dejar jugar al rival. Todos juegan a lo mismo, a lo que saben. Lo mismo que Osasuna, más engrasado, poderoso, dinámico y vertical.

Por eso ganó. Hizo jugadas para lograrlo, no muchas pero suficientes, aunque lo consiguiera de penalti. Ya nos apuntará Klinsman desde hace cuantos milenos no le pitaban a Osasuna tres penaltis en dos partidos. Es lo bueno que tiene jugar en el área rival. Que siga.


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Aunque sea de penalti, lo importante es ganar