• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión /

Ongi Etorri a Hodei Ijurko

Por Juan Frommknecht

Este jueves 20 de septiembre sale de la cárcel el pamplonés que trató de quemar vivos a un grupo de policías forales. 

Una imagen de Hodei Ijurko junto a un vehículo de la Policía Foral ARCHIVO
Una imagen de Hodei Ijurko junto a un vehículo de la Policía Foral. ARCHIVO.

Eran la 1.30 horas de la madrugada del 9 de marzo de 2008 cuando un grupo de encapuchados atacó con cócteles molotov una la furgoneta de la División de Intervención de la Policía foral, ocupada por cinco agentes y que realizaba labores preventivas de seguridad ciudadana, en la confluencia entre las calles Mayor y Eslava.

De los aproximadamente 20 artefactos lanzados, 13 impactaron en el vehículo. No hubo heridos, pero pudo ser una trágica y cruel carnicería.

Tras el ataque, los agentes reaccionaron y detuvieron a Hodei Ijurko como uno de los autores materiales de los hechos, resultando dos de ellos heridos durante la detención.

La Audiencia Nacional le condenó a 16 años de prisión al considerar probado “que sobre las 01:15 horas de la mencionada fecha un grupo de jóvenes caminaban por el Casco Viejo de la capital navarra portando bolsas de plástico con botellas rellenadas con sustancias explosivas y que fueron sorprendidos por un vehículo policial. Ante esta presencia, el grupo trató de huir lanzando los artefactos incendiarios contra los agentes, reglamentariamente uniformados, que habían salido del coche en persecución de los jóvenes. Ijurco, que llevaba el rostro cubierto, tuvo un enfrentamiento con los agentes forales y les lanzó dos cócteles molotov tras ser conminado "a deponer su acción ofensiva", oponiendo "fuerte resistencia propinado golpes a diversos agentes".

Por esos hechos se dictó orden de detención contra Joseba Fernández. Fernandez se encontraba detenido en Francia tras el tiroteo entre miembros de ETA y las Fuerzas de Seguridad francesas en las cercanías de París en el que resultó muerto un gendarme el 16 de marzo de 2010.

La audiencia Nacional le condenó a 16 años, rebajando posteriormente el Tribunal Supremo la pena a 10 años.

Este jueves 20 ha salido de la prisión gallega  de A Lama donde se encontraba recluido. Los vecinos de su pueblo, Etxarri Aranatz, acudirán en un autobús a recibirlo, y le llevarán en él a la localidad, donde se le realizará un acto de bienvenida.

He creído oportuno informarles a ustedes de los motivos y méritos atesorados por la persona honrada por el acto de bienvenida. Intentar achicharrar a cinco servidores públicos, cinco policías forales, cinco seres humanos, dentro de su furgoneta. Sacarán sus conclusiones.

Yo tan solo recuerdo. Y junto con el recuerdo mando un abrazo a esa otra policía, nuestra Policía Foral que también fue objetivo de ETA, que trabaja cada día para garantizar nuestra seguridad y el orden público, y en especial, a los dos agentes que participaron en la detención y resultaron heridos. Un país sin memoria es un país  sin futuro.


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