- jueves, 12 de diciembre de 2024
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La ambición "pacificadora" del alcalde de Pamplona y su partido no tiene ni límites ni fronteras. Tanto es así que, superadas las del Reyno de Pamplona, se han ido hasta el Ega para pacificar la capital carlista. La calle Curia se les queda pequeña. No les basta con los insultos a los concejales de UPN en la capital del Viejo Reyno que tienen que mandar a sus "pacificadores" a poner orden en Estella.
Una vez finiquitado el Riau Riau por sus antecesores batasunos, le tocó el turno a la procesión de San Fermín, con el lamentable espectáculo abertzale en la calle Curia, que ha resistido por la tenacidad de las alcaldías de UPN pese a las reiteradas agresiones fascistoides que año a año se reproducen en ese lugar, incluida esta última "pacífica" edición.
Estimulados por su éxito pacificador en Pamplona, donde sus esbirros insultaron hasta desgañitarse a la oposición, en un alarde de "convivencia", se han lanzado a esta especie de reconquista de la "concordia". Para ello, han traspasado los límites del Arga, y, siguiendo el Camino, se han plantado en la capital del Ega. Lo hacen utilizando la excusa más manida de cuantas forman su repertorio, el cambio de ubicación de las "txoznas". Está claro que, para esta gente, tocarles sus clásicas fuentes de financiación "tax free" es lo que más les duele. Son ellos y sólo ellos los que tienen derecho a decidir dónde y cómo se colocan, y no las instituciones democráticamente elegidas.
Se ve que no han podido digerir las escenas del cohete tudelano, sus banderas nacionales, la absolulta ausencia de ikurriñas de la comunidad vecina, los sones del himno nacional en la plaza de toros y otras manifestaciones insoportables para el abertzalato reinante en Pamplona, y desgraciadamente, también en Navarra, con la complacencia de la presidenta Chivite.
Empezó el ambiente con ese "himno a la concordia" dedicado a la valiente alcaldesa Ruiz de Alda, trufado de intolerables amenazas progresistas y cutres, llenas de odio y machismo, clásicas de las "expresiones artísticas" de esta gentuza, en línea con las que dedicaron a otras alcaldesas de UPN en otros momentos.
Y así, una vez "pacificado" el ambiente previo a las fiestas, y para mayor demostración de "concordia y convivencia", los abertazles y los más progres de la corporación estellesa se negaron a condenar estos lamentables hechos, dando el pistoletazo de salida, se supone que con el pacemaker del señor Asirón, a lo que después se produjo en la tradicional "Bajadica del Puy", acto tradicional que se cargaron al mejor estilo "calle Curia".
Debe ser tan insoportable que Estella cuente con una alcaldesa de UPN que el partido del "pacificador" ha tenido que organizar un destacamento para dejar las cosas claras en cuanto a "concordia y convivencia".
Habrá que asegurarse sobre los presentes en la foto de la concordia y la convivencia que organizó el señor Asirón en Pamplona en la previa de San Fermín, no sea que aparezca en Estella alguno de ellos entre los vociferantes abertzales presentes en la bajadica. Eso sí, con carita angelical y aspecto de no haber roto nunca un plato.
En fin, queda confirmado, fiestas tras fiestas, que esta banda a la que el partido socialista ha regalado la alcaldía de Pamplona no sólo no ha cejado en sus homenajes a asesinos etarras cada vez que tienen oportunidad, sino que siguen practicado la extorsión y el amedrentamiento social contra todos los que no piensan como ellos, o simplemente no les ríen las gracias.
Es lo que hay, no esperen otra cosa de estos campeones de "la concordia y la convivencia", sino coacciones, insultos y agresiones, y no sólo en su feudo pamplones, que parece que se les queda pequeño. Ahora le ha tocado el turno a Estella. Veremos cómo van las demás localidades navarras. De momento, ya han arrancado la placa en recuerdo de Casanova en Berriozar.