• martes, 27 de agosto de 2024
  • Actualizado 20:12

Opinión / Tribuna

La concordia de Asirón 'el pacificador'

Por Juan José Echeverría

Asirón valora como un logro que esta vez no nos hayan escupido, tirado vasos de cerveza, arrancado todos los botones del chaleco, como llegué a presenciar en su momento, o no haya resultado con fracturas algún agente.

Los concejales del Ayuntamiento de Pamplona acompañan al Cabildo a la Catedral por la calle Curia durante San Fermín 2024. PABLO LASAOSA
Los concejales del Ayuntamiento de Pamplona acompañan al Cabildo a la Catedral por la calle Curia durante San Fermín 2024. PABLO LASAOSA

Pasados ya los sanfermines hemos descubierto lo que Asirón 'el pacificador' quería expresar con su famosa foto coral en la previa de las fiestas, en la que reunió a todo el que pudo y se quiso sumar, en la plaza del Ayuntamiento. Un acto “win to win” al que no se podía faltar, so pena de ser acusado de oponerse a la convivencia.

No faltó nadie, sin embargo y como siempre, los más fervorosos partidarios de la “concordia y convivencia” de Asirón, no se privaron de nada en el regreso de la procesión de San Fermín, empezando por la curia en la calle del mismo nombre, a los que insultaron llamándolos de pederastas para arriba.

Antes, esos fervorosos cubrieron de aplausos a los dantazris de Duguna y cerraron la comitiva con una ovación a la Pamplonesa. Entre medio, oleadas de insultos o aplausos proferidos por la misma jauría, en función de la pertenencia de los concejales del cortejo al grupo municipal que corresponda. Insultos que se concentran, como no, en el grupo de Unión del Pueblo Navarro, gritados con tal intensidad y tan de cerca, que hasta nos llegan los perdigones de saliva de los babosos vociferantes abertzales de siempre.

Todo ante la plácida satisfacción del alcalde, encantado de haberse conocido, que valora como un logro que esta vez no nos hayan escupido, tirado vasos de cerveza, arrancado todos los botones del chaleco, como llegué a presenciar en su momento, o no haya resultado con fracturas algún agente.

Y para redondear la fiesta de la concordia en la que ha convertido nuestro alcalde estos últimos sanfermines, el rito del calentamiento previo del ambiente anti español con la propuesta de poner la pantalla para seguir el partido de la Selección en el Navarra Arena, finalmente corregida, ante la presión de los concejales de UPN, y trasladada a la plaza de Yamaguchi. Ya puestos lo podría haber intentado en el monte Ezcaba o en algún trigal de la meseta de Donapea, que ya se ha convertido en término municipal de Pamplona.

El resultado de su última maniobra para fomentar la concordia y la convivencia ha sido la campaña de las juventudes de Sortu, Ernai, pidiendo el boicot a la Selección, con numerosos carteles pegados por el centro de la ciudad, o las infames pancartas exhibidas por las peñas en la corrida del 14, reflejo de odio y machismo sexista en estado puro. Ya me dirán cómo interpretar lo de “puta Selección” o “puta España” en clave de concordia asironiana.

Ya sabemos cómo derivan estos llamamientos hipócritas a la falsa concordia, ahí tienen el intento de asesinato de Trump, que se ha llevado la vida de un espectador y dejado gravemente heridos a dos más, y que recuerda al intento de los abertzales de ETA de asesinar al Rey o a Aznar. Criminales etarras que ya habrán sido recibidos con sus correspondientes 'ongi etorris' en algún momento y en algún lugar.

Pasadas las fiestas, hemos podido comprobar en qué ha consistido la famosa concordia de nuestro alcalde.

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