• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 09:38

Opinión / Ha trabajado en los principales medios de comunicación del país, desde Cadena SER o Cadena Cope, así como Telecinco, Canal Sur o Agencia OTR/Europa Press entre otros.

No están solos

Por Julia Navarro

Más allá de la guerra de cifras sobre el número de participantes en la manifestación convocada por CCOO y UGT lo importante, al menos es mi opinión, es que los sindicatos vuelven a hacer oír su voz gracias a que en el Parlamento las fuerzas de izquierda pueden ser la punta de lanza para revertir muchas de las leyes aprobadas por el Gobierno de Rajoy en la pasada legislatura.

Y eso es lo que pidieron tanto Ignacio Fernández Toxo como Pepe Álvarez a los líderes políticos que acudieron a la manifestación que convocaron este domingo en Madrid para reclamar una política social diferente al nuevo Ejecutivo.

La cuestión de fondo es si la ministra Fátima Báñez se va a sentar a negociar sin líneas rojas. En el Gobierno no quieren ni oír hablar de la derogación de su reforma laboral pero para los sindicatos es un objetivo irrenunciable recuperar el poder adquisitivo, la subida de los salarios y que el salario mínimo alcance los 950 euros.

Lo cierto es que la reforma laboral del PP tuvo efectos devastadores sobre miles de personas. Unos perdieron su trabajo sin apenas recibir una indemnización que les permitiera subsistir, otros pasaron a tener "trabajos-basura", y todos los trabajadores sufrieron una mengua importante de sus nóminas.

Pero en la legislatura anterior el Gobierno se mantuvo implacable en sus posiciones. No escuchaba a nadie. Ninguna opinión le hacia mella. Parecían indiferentes al sufrimiento de la gente.

Es lo que tienen las mayorías absolutas que quienes las ostentan creen que pueden hacer de su capa un sayo y se muestran insensibles a los argumentos ajenos.

Afortunadamente en esta legislatura el PP no tiene mayoría suficiente para gobernar y se ve obligado a hablar. Y eso ya se está notando en algunos de sus primeros pasos condicionados sobre todo por el PSOE pero también por Ciudadanos. Podemos podría ser una fuerza más importante si sus líderes fueran madurando y dejaran de hacer teatro para hacer política con letras mayúsculas. Pero sin duda que en el Parlamento haya fuerzas de izquierda con capacidad para poner al gobierno contra las cuerdas es lo que hará posible que muchas de las reivindicaciones sindicales por lo menos sean debatidas en el Parlamento y algunas salgan adelante.

Esperemos que la ministra Fátima Báñez, le guste o no, se siente cuanto antes a negociar.


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