Que los sindicatos están, desafortunadamente, de capa caída en España es una obviedad.
- viernes, 13 de diciembre de 2024
- Actualizado 12:55
Que los sindicatos están, desafortunadamente, de capa caída en España es una obviedad.
Por eso es importante lo que suceda pero sobre todo lo que se decida en el XLII de UGT.
CCOO y UGT han sido los pilares del sindicalismo en nuestro país y durante la Transición tuvieron una gran influencia en el devenir de nuestro país, influencia que fueron perdiendo posteriormente quizá porque los trabajadores empezaron a dejar de verles como organizaciones capaces de dar respuesta a sus problemas. En realidad se burocratizaron demasiado amen de olvidarse a menudo de los parados, para los sindicatos solo parecían existir quienes tenían empleo.
Cándido Méndez se va y ha dejado dicho que quizá ha estado demasiado tiempo al frente de UGT. Sin duda es así. Hace tiempo que UGT necesitaba renovarse, ponerse a punto para dar respuestas eficaces a los múltiples problemas de trabajadores pero también de los que no tienen empleo.
Parece que el candidato mejor colocado para sustituir a Méndez es José María Álvarez responsable del sindicato en Cataluña y que se ha declarado partidario del llamado "derecho a decidir" es decir de que se celebre el referéndum por el que abogan los independentistas catalanes.
Que un socialista, que un líder obrero defienda ese referéndum, es cuanto menos insólito, pero está visto que los políticos, y los lideres sindicales hacen política, tienen una enorme capacidad para asombrarnos.
En cualquier caso serán los ugetistas que acuden como delegados al congreso los que decidan a quien dan la batuta de mando del sindicato y dependiendo de quien sea el elegido dependerá qué camino toma UGT.
Yo estoy entre quienes creen que los sindicatos son absolutamente necesarios para el buen funcionamiento de una sociedad democrática. También pienso que tienen que poner el reloj con la hora del siglo XXI. Pero sobre todo espero que un líder sindical, sea quien sea el que resulte elegido, tiene la obligación de ponerse a buscar soluciones para los problemas reales que aquejan a nuestro país y sobre los cuales los sindicatos tienen mucho que decir.
El reto para UGT, pasa por recuperar el prestigio perdido, ser transparentes, y sobre todo ser eficaces para resultar útiles a los trabajadores. Nada más ni nada menos. Esperemos que los nuevos dirigentes ugetistas sepan estar a la altura de lo que la sociedad demanda.