• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / Victoria Lafora comenzó su carrera profesional en Diario 16 y participo como jefa de nacional en la salida de Telemadrid,

Sumidos en la cobardía

Por Victoria Lafora

No tiene nada que ver la decisión de abstenerse ante la investidura de Rajoy, porque no hay posibilidad de un gobierno alternativo y no se puede ir a terceras elecciones, con el silencio vergonzante que mantienen PSOE y Ciudadanos ante las escandalosas revelaciones de los acusados en el juicio de la Gurtel.

No es el juicio al pasado del Partido Popular, como intentan hacer creer sus dirigentes, es la evidencia de una financiación ilegal que pagó campañas electorales a cambio de contratos a dedo y que llenó las arcas de Génova donde Correa se sentía "en su casa".

¿Sabía el PP que los "arrepentidos" iban a exculpar a la actual dirección? ¿Hay un pacto de no agresión? ¿La decisión de FAES, en manos de José María Aznar de desvincular la Fundación del partido, incluso a nivel de subvenciones, poco antes del comienzo del juicio, es porque conocía la decisión de Correa de "cantar"? Demasiadas coincidencias...

Pero el momentáneo alivio de Rajoy, las arriesgadas declaraciones de algunos dirigentes diciendo que "se aprovecharon del partido" olvidando que fue, y así está inculpado en la causa, beneficiario de la trama, no excusa el silencio cobarde del resto de las fuerzas políticas.

Ciudadanos, que basó su acuerdo de investidura en la aceptación del código ético y que ha proclamado a los cuatro vientos su propósito de regeneración democrática, no puede ahora permanecer callado ante el relato repugnante de Correa que narra a sus señorías, sin ápice de arrepentimiento o contrición, como se apropiaban del dinero público. Y lo hace con tal naturalidad que lleva a adivinar una cierta nostalgia de esa etapa dorada en que era normal "forrarse" y vivir a lo grande.

Y qué decir de los socialistas... Ni siquiera el lío monumental en el que están metidos exculpa su silencio. No han sabido hacer pedagogía desde el Comité Federal del 9 de julio, cuando descubrieron que con solo 85 diputados no podían gobernar y que era mejor ejercer una oposición dura y responsable. No han sabido vender las ventajas de gobernar desde el Parlamento y ahora, hundidos y derrotados, sin liderazgo y con un riesgo de ruptura real, se callan ante el escándalo. ¡No tiene nada que ver abstenerse con criticar a muerte la indecencia! Y la reacción más curiosa, si es que se puede llamar así, es la de Podemos: no dice nada de lo escuchado en la sala de la Audiencia Nacional pero aprovecha para criticar al PSOE por la discutida abstención y se ofrece como la verdadera oposición de izquierda. Inasequibles al desaliento, cualquier avatar es bueno para promocionarse.

¿Qué entenderá la oposición por llevar a cabo su tarea? Parecen creer que lo suyo es dejar este país sin gobierno y callar ante la ignominia.


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