Pamplona tiene un nuevo motivo para madrugar este otoño: el aroma a masa recién frita que ha vuelto a salir de una de sus calles más emblemáticas del casco viejo de la ciudad.
El anuncio ha corrido rápido entre los vecinos y visitantes: durante cuatro domingos de octubre se podrán comprar los churros más famosos de la ciudad, antes de que el local cierre hasta las próximas fiestas de San Fermín.
No se trata de un establecimiento cualquiera. El pequeño espacio, con apenas un par de metros cuadrados a pie de calle, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para quienes buscan empezar la mañana con sabor a tradición. Las colas se han repetido generación tras generación, en una estampa que parece inalterable al paso del tiempo.
Con más de 150 años de historia, la Churrería La Mañueta ha mantenido intacta su esencia. La familia Elizalde-Fernández ha conservado la receta original y el método artesanal: leña encendida, aceite caliente y masa lista para convertirse en churros crujientes por fuera y tiernos por dentro.
La figura de Paulina Fernández, la matriarca que superó los 100 años, ha estado durante décadas al frente del negocio. Fue ella quien mantuvo viva la costumbre de encender el fuego y sacar las primeras tandas al amanecer. Hoy son sus descendientes quienes siguen encendiendo la leña y garantizando que la tradición no se pierda.
Este 2025, el calendario de apertura es muy concreto. Además de los dos sábados previos a San Fermín, los días 21 y 28 de junio, y de todas las mañanas del 7 al 14 de julio, el local ha abierto también en otoño. “Los domingos de octubre habrá churros, os esperamos”, han anunciado con entusiasmo en redes sociales, una frase que ha corrido de boca en boca entre los pamploneses.
La cita ha coincidido con los tradicionales Rosarios de la Aurora, lo que ha dado todavía más sabor a la costumbre. Las fechas elegidas han sido los días 5, 12, 19 y 26 de octubre, siempre en horario de 7:45 a 11:00 horas de la mañana.
Los precios tampoco cambian respecto a los de las fiestas de julio. La docena de churros cuesta 9 euros, mientras que la popular rosca se vende a 27 euros.
