Chivite ha convertido Navarra en una pesadilla fiscal y es la que mayor competitividad fiscal ha perdido de todas las comunidades autónomas desde 2017. Así lo recoge un informe de la Fundación para el Avance de la Libertad y la Tax Foundation de Estados Unidos. En dicho ránking, y tras la última bajada de impuestos en Madrid, la comunidad liderada por Isabel Díaz Ayuso pasa a ser la más competitiva de España adelantando al País Vasco.
Este informe es una herramienta de investigación comparativa de reconocido prestigio internacional que estudia y clasifica los diecinueve territorios con autoridad fiscal de España (todas las comunidades y las tres haciendas forales vascas) por su grado de competencia a la hora de retener fiscalmente a sus ciudadanos y empresas y atraer a quienes estén considerando dónde radicarse.
Según este estudio, Navarra es la comunidad que ha sufrido el mayor retroceso de competitividad fiscal, perdiendo siete posiciones en el ranking hasta quedar decimocuarta en 2024. Entre 2017 y 2024 la calificación de Navarra ha bajado en 0,36 puntos hasta quedar en 5,75.
Sólo cinco comunidades, Castilla La Mancha, Valencia, Aragón, Asturias y Cataluña son menos competitivas que Navarra.
El informe explica que fue bajo el gobierno de Uxue Barkos en 2018 cuando Navarra sufrió el mayor retroceso; perdió siete posiciones por la reforma del Impuesto de Sucesiones y por la reducción del escudo fiscal del Impuesto sobre el Patrimonio.
Su puntuación también empeoró en 2019, ya con Chivite en el Gobierno foral, por el tratamiento de las rentas del trabajo en el IRPF y por la introducción de nuevos impuestos propios autonómicos.
El estudio recoge que en 2023 el gobierno socialista de Navarra apoyado por los nacionalistas de derechas del PNV y la ultraizquierda radical de Contigo, camuflado bajo la apariencia de una rebaja de impuestos, elevó el límite establecido para la obtención de rendimientos brutos de trabajo por debajo del cual no existe obligación de declarar de 12.600 a 14.500 euros. Sin embargo, al no haber subido la bonificación del rendimiento del trabajo hasta el mismo nivel, las rentas bajas, pero por encima de 14.500 euros, siguen pagando más que en las demás comunidades de régimen común.
Hay que recordar que las rentas de 14.500 euros brutos equivalen a salarios de entre 800 y 900 euros mensuales, de manera que Navarra es la que más asfixia a sus ciudadanos de todas las comunidades autónomas.
En el capítulo de recomendaciones, y para remediar la desventaja competitiva que tiene frente a las demás comunidades de régimen común, Navarra debería aumentar la reducción por rentas de trabajo de 800 a 1.400 euros para los rendimientos netos inferiores de 10.500 euros y de 400 a 700 euros para los rendimientos superiores a 50.000 euros, es decir, bajar de verdad los impuestos a las rentas bajas y medias, y no sangrarlas a impuestos, como ahora.
Además, a pesar de la subida de los mínimos personales y familiares, Navarra necesita aumentar más los mínimos personales y familiares, independientemente del nivel de ingresos para ofrecer a las familias con hijos el mismo tratamiento fiscal que, por ejemplo, en el País Vasco.
El informe señala también que Navarra necesita reducir los tipos impositivos de todos los tramos y, especialmente, de los tramos más elevados en 4,5 puntos, para alcanzar un tipo impositivo máximo del 47,5%, parecido al de Alemania. Actualmente Navarra tiene el octavo tipo impositivo del IRPF más alto de toda Europa, 0,3 puntos por debajo del de Suecia y más elevado que el de países como Finlandia, Holanda, Alemania, Luxemburgo, Reino Unido, Suiza o Noruega.
También debería deflactar todos los años y de forma automática todos los tramos de IRPF, los mínimos personales y familiares y la reducción por rentas de trabajo con la inflación.
En cuanto al impuesto de Sucesiones y Donaciones, explican que Navarra debería aplicar a los grupos I y II un mínimo exento de un millón de euros y aplicar a todos los grupos de herederos el mismo tipo de gravamen que a los cónyuges. También podría reducir el tipo impositivo hasta el 0,2% para todos los grupos de herederos o derogar la reforma del impuesto de 2018.
El informe apunta que para recuperar competitividad, la Comunidad foral debería derogar el Impuesto sobre el Patrimonio o bonificarlo al 100%. Eso sí, de no ser posible, aboga por que se derogue la última reforma del gobierno Chivite, que aumentaba el mínimo exento de quinientos cincuenta mil a tres millones de euros.
Otra recomendación sería la de subir la deducción por vivienda hasta 400.000 euros y aplicar un tipo impositivo máximo del 1,1% como se hace en países como Noruega. Y por supuesto, apunta que sería necesario aumentar el escudo fiscal equiparándolo con el de las comunidades de régimen común.
Por último, el informe sugiere que se eliminen impuestos propios y exclusivos en Navarra como el impuesto a la eliminación en vertedero y a la incineración de residuos o el impuesto sobre grandes establecimientos comerciales.
