El campo de fútbol Arkixkil, en Leiza, se ha convertido en todo un fenómeno después de que su estado, más parecido a un barrizal que a un terreno de juego, haya llamado la atención de miles de personas en redes sociales y hasta del popular programa de televisión "El Día Después" de Movistar TV. Lo que comenzó como una denuncia del Aurrera Kirol Elkartea, club local que utiliza estas instalaciones, ha terminado por poner a este pequeño pueblo navarro en el mapa del fútbol más auténtico y rústico.
Las imágenes de los jugadores, completamente cubiertos de barro y luchando por mover el balón en un campo imposible, se viralizaron en plataformas como YouTube y TikTok, acumulando más de un millón y medio de reproducciones. Esto ha generado una oleada de reacciones: desde quienes recuerdan con nostalgia los campos de antaño hasta los que denuncian la precariedad en la que juegan más de 250 futbolistas de todas las categorías.
El problema no es nuevo. Desde hace tres años, el club y el Ayuntamiento han trabajado en un proyecto para dotar a Leiza de un campo de hierba artificial, valorado en 800.000 euros, pero hasta ahora no se ha conseguido la financiación necesaria. A pesar de una reunión con la consejera de Cultura, Deporte y Turismo, Rebeca Esnaola, en diciembre, y de la promesa de apoyo institucional, el Gobierno de Navarra no incluyó ninguna partida para este proyecto en los presupuestos.
Sin embargo, el impacto mediático ha cambiado el rumbo de la situación. La repercusión del vídeo ha generado un aluvión de apoyo al Aurrera Kirol Elkartea, incluso desde clubes de otras comunidades. Tanto el Ayuntamiento de Leiza como el propio club han intensificado sus contactos con instituciones y han planteado medidas como recogidas de firmas o intervenciones en el Parlamento.
Tras la repercusión del caso, el Gobierno de Navarra ha anunciado que destinará fondos para la renovación del campo de Arkixkil. La noticia ha sido recibida con alivio en el club, que llevaba años reclamando mejoras para garantizar un espacio adecuado donde los jugadores puedan entrenar y competir sin riesgos. Ahora, el Ayuntamiento y el club trabajan en los detalles del proyecto, con la esperanza de que las obras puedan comenzar cuanto antes.
Mientras tanto, los jugadores de Leiza seguirán saltando al barro cada fin de semana, dispuestos a enfrentarse al rival y al estado del campo en igualdad de condiciones. Y, aunque el lodazal de Arkixkil ha convertido a este pueblo navarro en viral, lo que los jugadores y sus familias esperan ahora es que toda esta fama sirva para que, por fin, llegue la tan ansiada hierba artificial.
