Había un anuncio de televisión que decía aquellos de "las imprudencias se pagan". Hacía referencia a graves accidentes de tráfico debido a incumplimientos del código de circulación y distracciones al volante que terminaban en siniestros importantes.
Lo que ha sucedido en Pamplona -afortunadamente- no tiene nada que ver con accidentes, aunque hubiera podido pasar. La cuestión es que la Policía Municipal de Pamplona estableció en la tarde de este martes un control rutinario de tráfico en la Avenida Pio XII de la capital navarra, en la confluencia con la Avenida de Navarra, justo delante de la Clínica Universidad de Navarra, antes de emprender la bajada por la Avenida de Aróstegui.
Hasta el punto de control llegó un conductor distraído que ni siquiera se había dado cuenta de la presencia policial debido a que circulaba manipulando un teléfono móvil.
Cuando se dio cuenta, ya era tarde. Los agentes le habían visto con el móvil en las manos, de manera que le dieron el alto con la intención de sancionarle.
Cuál no sería su sorpresa, cuando al identificar al conductor, se percataron de que tenía el carnet retirado por pérdida de puntos, motivo por el que fue sancionado en primera instancia y detenido a continuación.
Se le ha dado cita para un juicio rápido en el que se enfrentará a una posible retirada del carnet de conducir de entre nueve meses y un año, a cumplir desde el momento en el que, como marca la normativa, termine el curso de recuperación de puntos y apruebe el pertinente examen.
