"Tremendo susto". Gregorio Crespo repite esta frase varias veces durante su conversación con Navarra.com. Y no es para menos. Este viernes se preparaba para bajar la persiana de su tienda, 'Fanny, helados, dulces, revistas', ubicada en el número 22 de la calle Gayarre de Pamplona, cuando una villavesa se ha empotrado en su negocio.
"Yo me veía la villavesa dentro", comenta todavía con el susto en el cuerpo. Este suceso se ha producido a las 14:15 horas. Las primeras hipótesis apuntan a que el conductor del autobús se ha sentido indispuesto y ha perdido el control del vehículo. Tanto Crespo como fuentes de la empresa que gestiona las villavesas apuntan a que eso es lo que ha ocurrido.
De hecho, después del accidente, el conductor ha sido trasladado en ambulancia hasta el Hospital Universitario de Navarra. Ha ingresado consciente y se le están practicando diversas pruebas para ver qué le ha ocurrido.
Además, un pasajero ha tenido que ser trasladado también al hospital con heridas leves. Crespo señala que se trata de un hombre de 59 años que sangraba porque se había golpeado la cara con alguna barra de la villavesa al producirse la colisión.
Pese a la aparatosidad del accidente, el dueño de 'Fanny, helados, dulces, revistas' se muestra agradecido porque "podía haber sido mucho peor". "Hemos tenido la suerte de que ha chocado con el pilar y eso le ha impedido avanzar y meterse dentro de la tienda", explica.
De hecho, el accidente no ha producido grandes daños en la tienda y esta ha abierto con normalidad por la tarde. Eso sí, Crespo asegura que, por un momento, ha pensado que se le venía dentro la villavesa. "¡Pumba! Y me he visto que se me metía dentro".
Pero el autobús no ha avanzado más allá del pilar. "Más vale, se mete dentro y se lleva todo por delante", agradece. La colisión sólo ha producido daños en una de las bajantes del edificio.
Y da también las gracias porque no pasaba nadie por delante de su tienda en el momento del accidente. "Coge a uno de la acera y lo mata", considera.
Además, recuerda que si la villavesa se hubiese dirigido hacia el lado contrario de la calle, podría haber caído por unas escaleras. Así que, dentro de lo malo, Crespo se siente aliviado porque todo ha quedado en "un susto morrocotudo".
