- miércoles, 11 de diciembre de 2024
- Actualizado 15:51
En respuesta a la carta de Pedro Sánchez a todos los españoles emitida el pasado 24 de abril:
“Querido” Pedro:
No tienes derecho a hacer lo que estás haciendo. No tienes derecho a secuestrar emocionalmente a un país mediante una maniobra de victimización premeditada. Estoy seguro de que eres un hombre profundamente enamorado, pero más que de tu mujer, como dices en la carta, de ti mismo.
Y hablando de amor; has demostrado que España nunca te ha importado nada, menos cuando te planteas dimitir por “amor a tu mujer” tras abrirle la justicia diligencias.
Amor y empatía que, sin embargo, nunca has demostrado por tu país, ni si quiera para tomarte un periodo de reflexión similar cuando te viste chantajeado por los separatistas el 23 de julio después de que perdieras las últimas elecciones generales.
Porque ahí es cuando deberías haber dado un paso atrás de verdad en vista del chantaje y la impunidad judicial a través de la Ley de Amnistía a la que te sometieron y te sometiste por tan solo siete ansiados votos para volver a abrazar el poder.
Porque a nadie se le escapa a estas alturas que solo concibes tu existencia amarrado al poder, aunque para ello tengas que vender a España y la igualdad de los españoles... ¡Eso sí que lo haces de mil amores, sin dudar ni pararte a reflexionar ni un segundo!...
No hemos cometido ningún pecado para tener que soportar estos juegos tácticos que camuflan tu precariedad y el auge de la corrupción que enfangan tu poder. No necesitamos más trucos baratos para dividir y enfrentar este país todavía más. Tampoco para seguir cavando la trinchera de la polarización en la que quieres hundirnos con tal de mantenerte una semana más en el poder...
No hay derecho a lo que estás haciendo Pedro... Si realmente hubieras querido dimitir, ya lo habrías hecho sin necesidad de todo esto, pero por desgracia un buen populista se comporta como lo has vuelto a hacer tú; buscando adhesiones inquebrantables, intimidando y chantajeando a todo un país mediante la técnica de la victimización, al más puro estilo de “una falsa carta de amor”...
Si de verdad te queda corazón; vete, respira, y déjanos respirar a todos por igual... creo que ya nos lo vamos mereciendo...
Lo que no nos merecemos es un presidente que ha decidido paralizar su agenda pública y renunciar temporalmente al ejercicio de sus funciones sin renunciar al salario que le pagamos todos los contribuyentes con el fin de seguir alimentando sus artimañas torticeras, pues la pregunta no es si merece la pena ser presidente de España, sino si merece la pena hacerlo como usted.
Tiempo al tiempo.
Richard García Palacios
Concejal del PP en el Ayuntamiento de Villava