Texto enviado por Rafael Ceres.

Nos anticipa nuestra inteligencia
amanecer de nuevas primaveras
en las gentes de cuerpo y alma; enteras,
muy conscientes de su óntica indigencia.
Y también de mañanas soleadas
que al buen Dios levanten nuestra alma.
¡España!, con su aire y mar en calma,
y sus "dos ellas" en una, unificadas;
con hombres anhelantes de ventura,
sin parásitos en sangre, anhemizantes,
celosos de ciencia y de cultura;
sin soberbios cainitas lacerantes,
aspirando a tener a buena altura
e impulsar nuestra España hacia delante.
Texto enviado por Rafael Ceres.