Dime algo bonito que me quite estas ganas que tengo de llorar.
Dime, por ejemplo, que acabarás antes del último sorbo de mi limonada el poema que empezaste este verano;
que iremos juntos al mercadillo ese que a tía Ángela le gustaba visitar los domingos y que compraremos queso majorero del que tiene pimentón;
que estrenaremos el carnet de conducir recorriendo con nuestra vista la luna llena;
Dime que lloverá por la tarde y veremos a los niños sin paraguas chapotear en los charcos.
…que nuestros hijos regarán de agua con sal nuestras fotos de juventud;
que me querrás aunque sea millonario de pobreza…
que me meceré en tu sueño ondulado y me acompañarás donde pican los gansos y donde el limonero es más brillante y luce más.
Dime, por favor, que todo esto lo haremos antes…
Antes de que mi alzheimer acaricie tu preciosa mano.
Y mis ojos vayan a otros mundos.
Y seas mi princesa y yo tu príncipe dormido.
Por favor, mi amor, mi vida toda…
Dime algo bonito, algo que me quite estas ganas tontas que hoy tengo de llorar.