- martes, 03 de diciembre de 2024
- Actualizado 09:38
Hoy he aparecido asesinado.
Un disparo -sin atajos-al corazón.
Cuando me encontraron
estaba tan muerto
que brillaba eterno
e imposible de vida.
Recuerdo el gemido de la puerta
de entrada de mi nuevo hogar.
Me costó tantos años
tener una segunda habitación…
Descansaba en la cama.
En verdad no descansaba, pues soñaba
que paseaba por paisajes ideales:
Dunas verdes bajo nubes hexagonales.
Duele morir cuando se vaga celeste.
Cuando eres feliz de verdad:
Una familia dorada de brisas
y amigos y libros que hice y mimé.
Los pasos invasores se acercaban.
Si llego a tener una ventana cerca
mi cuerpo inerte ahora otearía la mar.
Alguien se acercó a mi habitación.
Estaba tumbado
con los brazos sobre el pecho
y dentro de él moraba mi alma.
Y en mi alma una cajita de música
que entonaba canciones alegres.
Ya estoy preparado para morir.
Igual que un lirio
se abrió la puerta;
como la mano de un pobre
que recibe la limosna
se abrió la puerta;
así como mi última voluntad poética
se abrió la puerta.
Lo que era sombra
se hizo luz.
Lo desconocido, certeza.
Apuntó.
Ya lo creo que apuntó,
pues disparó diciendo:
Te abandono.
Y así morí.
Asesinado.
Rotundamente asesinado.
(de amor)