La presidenta Uxue Barkos debe hacer rectificar de manera inmediata a la consejera vasca que ha considerado a Navarra como una provincia más del País Vasco.
- miércoles, 04 de diciembre de 2024
- Actualizado 14:13
La presidenta Uxue Barkos debe hacer rectificar de manera inmediata a la consejera vasca que ha considerado a Navarra como una provincia más del País Vasco.
El Gobierno vasco, de la mano de su consejera Arantxa Tapia, ha vuelto a despreciar a la Comunidad foral de Navarra con unas declaraciones intolerables y que el Gobierno de Navarra debería hacer rectificar de manera inmedidata.
La dirigente peneuvista ha acudido a Pamplona para participar en un acto junto al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en el que se ha confirmado la conexión ferroviaria de Navarra con la Y Vasca. En su intervención, Tapia ha calificado a Pamplona como una de las "cuatro capitales vascas" y ha señalado que uno de los fines de la infraestructura ferroviaria es "la construcción nacional".
Se trata de unas declaraciones a todas luces intolerables, pues suponen un ataque directo a la realidad de Navarra, así como a todas sus instituciones y ciudadanos.
Navarra es una Comunidad claramente diferenciada dentro de España y su pertenencia al País Vasco sólo ha estado presente en la ensoñación de los supremacistas vascos que han vuelto, una vez más, a vilipendiar con verdadera soberbia y engreimiento la verdadera historia del Reyno de Navarra.
Este auténtico desprecio a Navarra y a todos sus ciudadanos se ha llevado a cabo en Pamplona, de una manera plenamente consciente y preparada y bajo el amparo del vicepresidente de Navarra, Manu Ayerdi, presente en el acto e incapaz de reprobar en ese momento a la consejera vasca, lo que demuestra la rendición del Gobierno de Uxue Barkos y de todo el cuatripartito a la causa nacionalista como principal y único eje de Gobierno.
Los ciudadanos navarros deben poner ya freno a estos ataques tolerados y auspiciados por el Gobierno de Navarra, que en su obsceno comportamiento es capaz de traicionar la propia historia de la Comunidad foral, bien sea con la imposición de la ikurriña, con la obligatoriedad de un idioma no deseado por la mayoría de los ciudadanos o con su silencio cómplice en actos como el vivido este martes en Pamplona.
Urge erradicar del Gobierno de Navarra, por su sectarismo y odio a sus propias instituciones, a todos aquellos que trabajan en pro de una deslealtad tan grave hacia la Comunidad foral.
Los partidos constitucionalistas que respetan la verdadera realidad institucional de Navarra deben primar en el futuro este aspecto de cara a futuras alianzas y pactos ante las felonías del nacionalismo vasco, en lo que es, sin duda, una de las mayores agresiones sufridas en la historia de Navarra y que exige una respuesta seria y contundente por parte todos ellos.