Me gusta lo de insuficiente, sí, pero para indicar la nota que le pongo a su Gobierno por el empeño que demuestra en no favorecer la natalidad en nuestra Comunidad.
Si quiere subir nota, tiene la convocatoria de septiembre a la vuelta de la esquina. Imagino que en una próxima Junta de Gobierno propondrá la derogación de las medidas fiscales por las que las familias navarras con hijos pagan las que más de toda España por IRPF. Imagino que propondrá dejar la convocatoria de becas tal y como estaba para no machacar a los padres que deciden libremente educar a sus hijos en la universidad que ellos creen más adecuada.
Imagino, si no es mucho imaginar, que propondrá que el Ayuntamiento de Pamplona vuelva a dejar las guarderías infantiles como estaban y olvidarse de tomar medidas político-lingüísticas que perjudican a las familias y sus hijos. Si aprueba estas tres asignaturas pendientes podrá obtener el aprobado.
Si aún sigue queriendo más nota, puede proponer en la misma Junta de Gobierno un verdadero apoyo al progreso de los hijos mediante la implantación, del PAI en toda Navarra. También puede promover, en favor de una mayor natalidad, la objeción de conciencia entre el personal sanitario del complejo hospitalario de Navarra y proteger y acoger a todos esos niños y niñas no deseados. Y, por qué no, ofrecer una verdadera educación sexual en las aulas que no sólo forme a los hijos e hijas en genitalidad, sino en una sexualidad de valores y principios.
Si necesita más asignaturas aún, puede intentar eliminar, o cuando menos rebajar, las listas de espera en pediatría para no hacer esperar a los niños y alargar su estrés, o no integrar el servicio quirúrgico infantil en el general. Incluso puede proponer implantar ya, como demandan los padres, la obligatoriedad de contar con una enfermera (o enfermero) en cada colegio, para una mejor vigilancia y atención de los hijos. También puede proponer una ayuda directa por cada hijo que las familias navarras decidan tener. ¿A que ve la posibilidad de subir mucha nota?
La familia es el lugar donde se encuentra el espacio idóneo para el crecimiento y desarrollo personal de los hijos e hijas. Es la verdadera escuela de convivencia y de transmisión de los valores fundamentales para vivir en sociedad. Si las instituciones creen de verdad esto, deberían apoyar, sin condiciones, a la familia como institución y como garantía del desarrollo social sostenible. La familia debe ser el eje transversal de todas las políticas sectoriales: educación, sanidad, hacienda, deporte, etc.
Un gobierno cuyo objetivo sea favorecer la natalidad debe apoyar, atender y defender a las familias, sean estas numerosas, con partos múltiples, con hijos biológicos, adoptantes, acogedoras o monoparentales. Debe adelantarse a dar respuesta a las múltiples y diferenciadas necesidades de las familias diseñando las políticas sectoriales que más les favorezcan.
Estas políticas han de ir destinadas a reconocer la vital importancia de las familias, a hacerlas protagonistas de sus propias decisiones, a apoyarlas en sus necesidades específicas a lo largo de todo su ciclo vital y a hacer posible el mejor cumplimiento de sus funciones respecto de sus hijos e hijas. Incentivar el crecimiento demográfico posibilitando el relevo generacional, hacer realidad la conciliación de las vidas personal, laboral y familiar de padres, madres e hijos y alcanzar, en suma, los modelos de las políticas familiares de nuestro entorno europeo.
Una idea, falsamente progresista, ha pretendido durante muchos años ignorar el papel básico de la familia como institución prestadora de servicios, potenciando frecuentemente el desarrollo de unos servicios sociales de espalda a las auténticas necesidades de la familia, a quien no se le ha preguntado cómo quiere atender a sus miembros.
Le aseguro que, con estos principios y las medidas que he reseñado, las familias navarras se animarán a tener más hijos y colaborarán en equilibrar la pirámide de edad de Navarra. Así sí se puede pasar del insuficiente al aprobado.