• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / San Fermín

Dos de febrero: Pío Guerendiáin

Por La escalera fotográfica de Aliaga y Nagore

Este segundo peldaño de La Escalera Fotográfica rinde homenaje a Pío Guerendiáin por sus seis décadas dedicadas a la fotografía, a lo largo de las cuales ha inmortalizado múltiples imágenes de los Sanfermines.

El Reto. 1971. FOTO: PÍO GUERENDIÁIN

La instantánea de Pío Guerendiáin -captada con su primera Nikon F-, podemos analizarla bajo dos aspectos. En primer lugar desde el punto de vista artístico, es una fotografía excepcionalmente bien resuelta. El ángulo de toma y la acertada composición reflejan con fidelidad el título El Reto.

Es un duelo, un desafío a muerte, entre un toro en un desenfocado primer plano -por efecto del teleobjetivo 200 mm-, y un hombre que absorbe, mejor dicho, se adueña de la imagen. Su mirada es intensa, provocadora, para imponer su autoridad al morlaco. Él no es un cualquiera, es Francisco Rivera, Paquirri a sus 25 años.

Las salpicaduras de sangre del capote evidencian que están en el trascurso del tercio de varas. El toro también está identificado es Cacharrito de la ganadería Lisardo Sánchez.

Esta fotografía tiene un especial significado para Guerendiáin, con ella obtuvo el premio Negtor 1972. Era el más prestigioso de los galardones nacionales de fotografía, se trataba de un concurso de concursos; es decir, para acceder al Negtor, era requisito haberse calificado en un concurso previo. Siete años más tarde Pío Guerendiáin logró un segundo Negtor.

Por otra parte, la fotografía, sin dejar de ser artística, es un documento histórico taurino. La tarde del  9 de julio de 1971 fue apoteósica para Paquirri; al primer toro cortó dos orejas y a Cacharrito, su segundo, dos orejas y el rabo. En aquel momento el torero y Carmina Ordoñez Dominguín, “la Divina”, estaban ennoviados, se casarían año y medio más tarde, el 16 de febrero de 1973. De aquel casamiento Rivera-Ordoñez, como no podía ser de otra forma, nacieron dos toreros: Francisco y Cayetano. Luego llegó el desamor.

En abril 1983, nuevamente en el altar, contrajo matrimonio con Isabel Pantoja. Del matrimonio con la tonadillera nació un DJ, al que bautizaron Francisco José, familiarmente Kiko, al que la prensa rosa para diferenciarlo de su hermano denominó con el diminutivo del padre Paquirrín. La alegría del nacimiento, duró siete meses, la tragedia vendría con la cogida del 26 de septiembre de 1984 en la plaza de Pozoblanco (Córdoba). Las malas condiciones sanitarias de la plaza obligaron a un desesperado traslado al Hospital de Córdoba, no llegó a tiempo, se precipitó el fatal desenlace.

Con la muerte de Paquirri nació la leyenda y un tsunami mediático, que llena horas de las parrillas de televisión y páginas de la prensa del corazón. La herencia y los efectos personales de Paquirri siguen siendo hoy motivo de disputa entre la estirpe de los Rivera y la Pantoja. En cualquier caso, no será por la foto de Pío, que ya había entregado una copia de El Reto a Carmina Ordoñez; en un derroche de ecuanimidad aprovechó una ocasión para entregar personalmente otra copia a la viuda.  


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Dos de febrero: Pío Guerendiáin