Vuelta la burra al trigo. Algunos políticos no han entendido nada. Así que han sonado las trompetas de la nueva campaña electoral les ha faltado tiempo para volver a sus viejos discursos. No aprenden de sus errores.
En los mítines y entrevistas de campaña se escuchan las mismas descalificaciones, las mismas frases pretendidamente ingeniosas ideadas por los asesores para convertirse en titulares de los medios. Poco programa, mucho eslogan.
Rajoy del que dicen sus próximos que está animado sigue presentándose ante quienes acuden a sus mítines como supremo y al parecer único sumo sacerdote del sentido común. Los demás o son extremistas -que nos conducirán al caos- o son perdedores natos (alusión reiterada a Pedro Sánchez, el único que, por cierto, se atrevió a honrar el mandato del Rey para intentar la investidura). Rajoy se mueve y da lecciones de buen gobierno pese a que lleva cuatro años y cinco meses en La Moncloa y seguimos con más de cuatro millones y medio de parados, incumplimos el objetivo de déficit comprometido con Bruselas y la deuda del Reino de España supera el 100% de nuestro PIB.
Repite y repite los mismos argumentos y promesas de las pasadas elecciones que fueron en el mes de diciembre y en las que el PP se pegó un trompazo morrocotudo. Perdió más de tres millones y medio de votos y sesenta y tantos y pico diputados. A la vista de los datos, ¿No podría introducir un poco de humildad en sus proclamas? Está claro que agitando el espantajo de Podemos (¡Qué vienen los extremistas¡) confía en que los parroquianos que abandonaron al PP por el hedor de los casos de corrupción y las promesas electorales incumplidas -impuestos, regeneración de la Justicia, etc.-, volverán a votarle. Rajoy no renueva discurso y Sánchez, que llevó al PSOE a su mayor debacle electoral, no parece haber sacado conclusiones. Sigue confiando en las gracietas servidas por sus asesores sin advertir que corre el riesgo de acabar en el Club de la Comedia.
No parece serio decir de Rajoy que es un "político B" guiñando el ojo para que, sin decirlo abiertamente, todos nos quedemos con la copla de la financiación ilegal del PP y los pagos en negro que de la mano de Luis Bárcenas recibió el arquitecto que remodeló la sede madrileña del partido. Claro que hay que denunciar la corrupción. Pero para ser creíble hay que denunciar "toda" la corrupción. Si el PSOE de Andalucía tiene en puertas el procesamiento de dos ex presidentes de la Junta de Andalucía (Manuel Chaves y José Antonio Griñán) por su presuntas responsabilidades en el caso de los eres fraudulentos, ¿No tendría Pedro Sánchez que decir algo al respecto? ¿Por qué unos y otros piensan que los ciudadanos somos idiotas?... Claro que, vistos los pronósticos de las encuestas, quizá no les falte razón.
