La Europa de los valores cede ante los problemas internos que amenazan la estabilidad de aquellos políticos que no han sabido gestionar la gigantesca crisis -mal llamado humanitaria- que plantean los cientos de miles de refugiados y emigrantes que deambulan por los países de la Unión.
Alemania (Angela Merkel) que fue pionera en generosidad acogiendo a miles de estos desventurados, retrocede y toma otro camino para, en nombre de todos los países de la Unión, subcontratar con Turquía la acogida pese a que los tratados internacionales (Ginebra, Carta de la UE, etc) son muy claros al respecto: no se pude deportar a contingentes enteros de población y es ilegal trasladar a un refugiado a un país en el que no se respetan los Derechos Humanos. La Turquía del autócrata Erdogan que encarcela a adversarios políticos y a periodistas críticos, no es una democracia. Tampoco está claro el mecanismo de control establecido para poder verificar desde Bruselas que los 6.000 millones de euros que Ankara cobra por hacerse cargo de los refugiados no serán desviados a otros fines.
El problema de los refugiados que durante los últimos cinco años (los que dura la guerra civil siria) han ido llegando a Europa se ha desbordado porque a quienes huyen de las bombas se les han unido cientos de miles de emigrantes que huyen de la miseria. Es el mayor éxodo desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. Europa no estaba preparada para asimilar a tanta gente en tan poco tiempo.
Los políticos no han hecho bien su trabajo; podían haber previsto lo que iba a pasar. Siguen sin presionar a los riquísimos saudíes y a los jeques de los Emiratos del Golfo para que abran sus fronteras a los refugiados. Misma religión, misma cultura. Ni un solo refugiado acogido por Riad. ¿No tienen nada que decir las Naciones Unidas? En lo que nos toca, como país miembro de la UE, ¿No tiene nada que preguntar y decir el señor Mariano Rajoy a propósito de este acuerdo? Acuerdo que si nadie lo remedia va pasar a los libros de Historia como la gran traición de Europa a sus ideales fundacionales. Y, el resto de los españoles. ¿Seguiremos mirando hacia otra parte como si no fuera con nosotros como, por cierto, revela la última encuesta de CIS? Está visto que solo nos conmueven las tragedias. ¡Qué pronto hemos olvidado a Aylan Kurdi, el niño ahogado en aguas turcas cuando intentaba llegar a Europa!