• jueves, 12 de diciembre de 2024
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Opinión / A mí no me líe

El aberchándal llama puta a las mujeres libres

Por Javier Ancín

Una mujer para los aberchándales es un mueble sin capacidad de decisión, sometida.

Pintadas contra la selección española en los exteriores del estadio de El Sadar. IÑIGO ALZUGARAY

Es tan previsible, tan jodidamente previsible, que el aberchandalato aburre hasta a las ovejas lachas. Que este mundo sea el eje sobre el que pivota el Gobierno de Navarra y de España, Psoe mediante, más que aburrir, indigna.

Pero como aquí hace años que la mujer pinta cero, Barkos supeditada a Urkullu, es decir, a lo que mande el PeneUve y Txibite a Sanchez, es decir, a lo que ordene el Psoe, pues se entiende que no pase nada ante esta normalización del machismo institucional.

Una mujer para los aberchándales es un mueble sin capacidad de decisión, sometida. Como mucho le reservan en la sociedad el papel de víctima, víctima que ellos mismos crean. Ven a una mujer autónoma, poderosa, libre y enseguida hay que señalarla como puta. Ha vuelto a ocurrir en Irroña.

Se confirma un partido femenino en el Sadar de la selección española y a los aberchándales les ha faltado tiempo para, en un acto de marcado carácter reivindicativo feminista, nóteseme la ironía, llamar putas a las participantes del mismo mediante pintadas en el estadio. Han engurrado puertas y paredes con la palabra puta, todo de una modernidad y un refinamiento, seguimos con la ironía, que no se puede aguantar. Cualquier día reventamos de tanta modernidad en Irroña.

El aberchándal sigue siendo el cuñado machirulo con ka y te equis que hace años mandaba a la cocina a la Barcina o que, directamente, le llamaba también puta. La originalidad en cuanto a insultos hacia la mujer es también digna de mención, cantando como posesos que era la ultima puta de un conocido club de alterne de Pamplona.

Ha pasado el tiempo y no se han movido ni un milímetro de su ideología que nació liberticida y machista y morirá machista y liberticida. El aberchándalato ve una mujer empoderada, por usar su propia chasquearía léxica, dueña de su destino, libre para pensar y actuar como le de la gama y la destruye, ya sea jugadora de fútbol o política.

La mujer siempre tiene que ser un ente supeditado al macho ideológico y si no... puta. Luego que si puntos modaroak o cartelitos contra las agresiones sexistas y tal pero en cuanto tienen delante una mujer con la que no están de acuerdo, les salta el automático con el insulto más denigrante contra ella: puta, puta y puta.

Y si solo fueran pintadas o cánticos, pero la cosa tiene una dimensión real que se prefiere omitir. Ellos mandan, recuerden, pueden silenciar lo que quieran. Una ideología que está acostumbrada a conseguir las cosas por la fuerza, con violencia, que niega la libertad del prójimo, y la de prójima, para tener su propio criterio, no iba a operar de forma diferente en los aspectos sexuales de los boronos.

Y no lo decimos nosotros, ojo, que fueron ellos mismos los que, en un concierto que se montaron este verano, salieron sorprendidos eta alarmandos a denunciar un porrón de agresiones sexuales que se habían producido.

Del asunto no se volvió a hablar, les habrían dado un toque desde arriba, que fue diligentemente silenciado porque no conviene a la causa aberchándal airear el tema, que eso sería hacerles el juego a los fachas, lo de que se supiera que los mayores machirulos con te equis que hay en la sociedad son ellos, los aberchándales. Y eso es todo.

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