Redondeando por lo bajo, desde su acceso a cargos públicos relevantes en 2007 como parlamentaria de Navarra, y luego como senadora y presidenta autonómica, Txibite ha ingresado en torno a 1.100.000 € en sueldos públicos acumulados.

Desaparecer. El sueño de muchos, yo incluido. Cerrar el chiringuito, salir de foco, hacerse un Salinger. Lo malo es que los pobres, tarde o temprano, debemos regresar, porque para esfumarte de verdad hace falta dinero.
Desde aquí lanzo una propuesta a los aberchándales que nos gobiernan: por 3.000 € al mes de subvención pública, pliego las redes, los artículos y me retiro en silencio al mar, con mis camisas hawaianas, para siempre. Entre gente que se mueve por dinero, creo que podemos entendernos. ¿De verdad pensáis que Asirón, a su edad de jubilado, está talando árboles a mansalva con esos sobrecostes por amor a Irroña? Es una oferta que no podéis rechazar. Tengo los DM abiertos para concretar y darle forma legal al asunto.
El colmo de la desaparición es que te la costeen, y eso es lo que ha hecho Txibite desde hace tres semanas. Su última comparecencia institucional fue el 30 de junio en el Parlamento de Navarra. Cuando vio que Cerdán entraba en el trullo, cerró la agenda pública y se esfumó. No aparece en actos, no hay notificación de vacaciones; simplemente, ha desaparecido. Estará en casa, lijando muebles, como en la pandemia, o limando barrotes, por ir entrenando, sin dejar de contar los billetes de su sueldo de carga pública, con paga extraordinaria en julio incluida.
Desaparecer, como el temazo de Amable & Monoculture. Baja las ventanillas, compañero, y olvídate del aire acondicionado, que en este verano navarro anti cambio climático no hace falta. Canta conmigo, como en los 90: “Voy por la nacional desacelerando porque viene un puto radar… Pienso en anteriores tiempos de mucha más libertad. Hago una peineta y a punto estoy de llegar al maaaaaaaaaaaaaar, con una mujer flamante y carente de moral.”
Qué bien ha vivido Txibite, con padrinos y tíos sin escrúpulos que la han empujado dentro del partido para que suba. Si colocamos de cara visible a la muetica, que el feminismo ahora está de moda entre nosotros los progresistas, podremos hacer nuestras cosicas por detrás, sin que nadie nos vea, sin que nadie sos Peche, como aquel licor de melocotón de hace 25 años.
—Siri, hazme un listado de cargos públicos que ha tenido Txibite antes de desaparecer y dime cuánto dinero legal ha ganado en política.
Redondeando por lo bajo, desde su acceso a cargos públicos relevantes en 2007 como parlamentaria de Navarra, y luego como senadora y presidenta autonómica, Txibite ha ingresado en torno a 1.100.000 € en sueldos públicos acumulados. Más de 60.000 € al año. Fue senadora de 2011 a 2015 —¡cuatro añitos con sueldazo en Madrid, qué envidia!—, y Sánchez la nombró portavoz socialista en el Senado en 2014, tras ganar unas primarias cuya limpieza la UCO pone en duda. Aquellas en las que Santos Cerdán y Koldo, en una conversación, decían: “Cuando termine, apuntas como que han votado esos dos que te faltan sin que te vea nadie y metes las dos papeletas.”
La relación entre estos dos pájaros viene de lejos, le digo a Siri, pero Siri ya ha desaparecido también y el estribillo vuelve a sonar: “Con una mujer flamante y carente de moral.” Lo canto a pleno pulmón, mientras voy llegando al mar, concretamente a la playa de Biarritz, que los afrancesados somos así, siempre soñando con acentos circunflejos.
Y eso es todo.