• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Si la diferenciada fuera una ikastola, la izquierda no la atacaría

Por Javier Ancín

Ya estamos, al final la misma historia de siempre. Mis cojones treinta y tres y aquí lo público es lo privado de la izquierda, que para eso es nuestro y hacemos con el dinero de todos lo que nos sale del chichi a unos pocos.

Javier Remírez chala con Adolfo Araiz (EH Bildu) para cumplir órdenes.

La izquierda con su ordeno y mando contra personas inofensivas, contra ciudadanos completamente ejemplares. La cobardía de siempre del PSOE aliado de socios destructivos que lo único que pretenden es arrasar la sociedad plural para que solo prevalezca su punto de vista, su postura, su homogeneidad. Todos por el mismo carril. Antes lo hacían a bombazo limpio, de forma clandestina, ahora desde los sillones, sin capuchas, porque el PSOE les ha dado acceso a la comodidad del boletín oficial.

¿Cuál es el problema con que que unos padres elijan para sus hijos una fórmula educativa diferenciada? Ninguno, hasta el vicepresidente socialista Javier Remírez hace uso de ella, así que tan mala no la verá, digo, porque si la viera tan mala, si fuera contra sus hijos esa decisión que adopta de educarlos en un centro de esas característica, habría que llamar a los servicios sociales para que ayuden a esos niños a salir de esa familia tóxica.

El titular es demencial pero es que Navarra es demencial: el vicepresidente del PSOE Javier Remírez quiere destruir el centro que como padre ha elegido para educar a sus hijos.

Titular alternativo: el PSOE con sus socios del partido de la eta y demás aberchándales han convertido a Navarra en un puto manicomio.

Esta semana la cosa ha dado el salto al senado, y la ministra se ha despachado por el mismo camino totalitario que el gobierno de Txibite: los colegios que optan por una educación diferenciada no tiene derecho a dinero público. Como si esas familias no pagaran impuestos a eso público, como si esos trabajadores no pagaran impuestos a eso público, como si toda esa gente no fuera parte de la sociedad, no tuviera derecho a serlo. La izquierda no tolera nada que no comparte, la izquierda con las fórmulas con las que no está de acuerdo solo aplica una máxima: aniquílese.

Como yo soy un ateazo condenado al infierno eterno -una Irroña gélida y gris atemporal- porque la religión como experiencia personal me es ajena, no me ha llamado Dios en el que no creo por el camino de la fe, me doy el lujo de señalar el problema real de toda esta movida.

El único problema con la educación diferenciada es que son colegios del Opus, si fueran de otra religión diferente a la católica, como es la aberchándal de las ikastrolas, no tendrían el menor problema. Esos como son de su cuerda son libres. Los demás, no, los demás sometidos.

¿Tan difícil es dejar libertad para que los padres elijan el modelo educativo que les de la gana para sus hijos, que a nadie le obligan, ni al vicepresidente Remírez, a hacer uso de él? Con la izquierda y los aberchandales, imposible. Y eso es todo.


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Si la diferenciada fuera una ikastola, la izquierda no la atacaría