• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Los euskopijos de Alsasua contra la clase trabajadora

Por Javier Ancín

"El aberchandalato, que es el sistema, los pijos, los niños consentidos de mamá Txibite y papá Sánchez, los que maman del presupuesto público, quieren expulsar a la policía de su pueblo que son los únicos trabajadores de esta historia".

Celebración del 'Ospa Eguna' en Alsasua.
Celebración del 'Ospa Eguna' en Alsasua.

Pues ya tenemos de nuevo el tradicional día de la xenofobia que se celebrará, Juangoikoa (sic) mediante, a principios de septiembre en Alsasua. El Ospa Eguna, que es básicamente un akelarre donde se juntan los aberchándales a decir que en el pueblo mandan ellos y quien no les gusta, puerta, fuera, largo. Aquí nosotros decidimos quien vive y quien no, es decir, lo de siempre.

Esto algunos en la izquierda comprensiva siempre con el violador lo llaman avance, porque, aún habrá que darles las gracias, te violan sí, mujer, si te entendemos, pero ya no te matan. Reconóceles eso al menos, que es que no les reconocéis nada, joder... que sí, que te ha asaltado en el portal y te ha arrancado las ropas y te ha metido la polla en el coño pero que al menos no te ha rebanado el pescuezo, como hacían antes, con la navaja que te ha puesto al cuello. Cómo te pones, mujer, si es que es imposible el diálogo y la reconciliación contigo. En fin. Menuda fascista, seguro que votas a la extrema derecha además.

El caso es que en un ambiente entre cutre, cursi, hortera y agresivo se dedican a exigir en ese pueblo, que ellos sabrán por qué han decidido que sea conocido como la capital oficiosa del oído, que la policía debe de largarse porque sí, porque ellos quieren, porque son españoles, joder, y aquí los españoles no pueden vivir.

Tú imagínate que en otro pueblo, cada año, se montaran un día similar pidiendo la expulsión de los negros, de los cojos, de los bajos, de los conductores de autobuses o de los abogados. De lo que sea, del grupo de personas que quieras. Fuera los médicos de nuestro pueblo, ospa, por negros... o por españoles. Imagínatelo por un momento, el escándalo que sería, la vergüenza que produciría tener en tu comunidad una localidad así.

Este año, para justificar su acto xenófobo, han elegido un lema que dice algo así como: "Policía no. Detengamos la represión contra los trabajadores".

Trabajadores... y me chirrió en su boca esa palabra tanto como cuando rascabas de forma defectuosa con una tiza la pizarra del colegio. Trabajadores... y me acordé entonces de un intelectual italiano, Pasolini.

Pier Paolo Pasolini, que era maricón y de izquierdas (fue expulsado del partido comunista italiano por homosexual), lo que nunca fue es gilipollas. Tras un enfrentamiento de estudiantes y policías en las mitificadas revueltas del 68, escribió un poema donde afirmaba que él simpatizaba con los policías porque, en toda esa movida, eran los únicos trabajadores. Los otros solo eran unos niños pijos, unos niños de papá. Unos consentidos. Unos mimados.

Aquí pasa un poco igual, el aberchandalato, que es el sistema, los pijos, los niños consentidos de mamá Txibite y papá Sánchez, los que maman del presupuesto público, quieren expulsar a la policía de su pueblo que son los únicos trabajadores de esta historia.

Detengamos la represión contra los trabajadores de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Policía sí. Y eso es todo.


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