• viernes, 26 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

El fascismo se hace llamar antifacismo, el sistema... antisistema

Por Javier Ancín

Si te quejas te crujen, te miden el lomo, las costillas. Si te quejas te apartan, por llevar la peste. Si te quejas nadie te conoce, todos miran hacia otro lado cuando pasas. Si te quejas olvídate de que el sistema te deje tranquilo. Si te quejas date por jodido, se te dibuja automáticamente una diana en la nuca.

Osasuna pidió explicaciones educadamente en un carta por errores tecnológicos y a las primeras de cambio recibió la respuesta, el sopapo, en forma de un penalti clamoroso no pitado. ¿Te ha quedado claro? Pues si no quieres más de lo mismo vuelve al gris pelotón. No escribas más, no mandes nada. Déjalo estar.

El sistema nadie sabe quién es pero todos lo conocen. Si dejas de deslizarte por la corriente y te acercas a la orilla para decir, un momento, esto no lo entiendo, te llega el sartenazo. Al cauce de nuevo, corriente abajo. Si ya no eres dócil y levantas la cabeza del rebaño para preguntar, recibirás un mordisco por contestación. No pienses, tú no estás aquí para eso, ya lo hacemos por ti. Ya sabemos qué te conviene que coincide milimétricamente con lo que le conviene al sistema.

El sistema muta. Te hace creer que es la víctima. Como en el caso del Barcelona, que ha tenido veinte años al jefe de los árbitros en nómina, siete coma dos millones de euros pagados, pero para nada, créeme, pagábamos para no obtener ninguna contraprestación, se excusan. Somos el perjudicado en esta historia, aseguran.

Si el fascismo ya hace años que solo es el antifascismo. El sistema hace tiempo que únicamente lo componen los que se hacen llamar antisistema. Las palabras ya no significan nada de lo que significaban. La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza...

Estos días se ha hecho viral un vídeo del Follonero y del Loco de las coles intentando que creyéramos que, trabajando ambos en dos de los grupos de comunicación más potentes y omnipresentes de España, simplemente porque aparecen en pantalla hechos un adefesio, son el antisistema.

Si te paras a pensarlo, descubrirás que lo más revolucionario que hay hoy es la belleza, por eso la belleza actualmente escasea tanto.

El mundo hace tiempo que es un lugar irreal, no se entiende, la lógica básica no opera en él. La realidad es que sí que opera, cómo no va a seguir funcionando, pero nadie se atreve a señalar que el mundo está desnudo y no tiene ningún ropaje deslumbrante nuevo con el que se cubre, que si la ilógica es la lógica es porque el sistema así quiere que lo creas porque así lo necesita para sus intereses.

Nadie quiere saber hasta dónde llega la madriguera de conejo. Y lo que es peor, nadie de los que no quiere saber quiere dejarte que te adentres en la madriguera, creyendo que por el mero echo de mirar un poco por ese túnel, vas a perjudicarles a ellos que no quieren saber nada para no incomodar a nadie de los que sistematizan su vida.

Dos mil quinientos años después seguimos dentro de la caverna del mito. Y el único consuelo que nos queda es que podemos estar, solo un rato, hasta que nos descubra la policía de pensamiento, la vida siempre termina mal, como Julia y Winston follando y bebiendo café en esa habitación subversiva repleta de libros impresos.

Hasta que nos detengan y, tras una dosis de tortura en el ministerio del amor, recuerda que las palabras ya no significan nada y solo sirven para tratar de confundirnos, nos condenen a algo peor que la muerte, la indiferencia. Y eso es todo. 


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