La política doméstica tiene estas cosas, que proporciona unos espectáculos gratuitos y de calidad inigualables. Coges la silla plegable de nylon de ir a la campa de Unzué los domingos, la abres delante de la diputación y te siestas a disfrutar del show, comiendo palomitas, frente al óculo con el escudo de Navarra.
El gobernante navarro ha desarrollado tal falta de vergüenza ajena, supongo que porque lo primero es el sueldo y luego la dignidad, que nos deja unas actuaciones para la historia de partirse el ojal de la risa.
Los mismos partidos políticos que se fueron desde Irroña a manifestarse contra Ayuso, que tiene sus hospitales liderando rankings mundiales de calidad, en Navarra les niegan a los médicos hasta reuniones para evitar que continúe la huelga sanitaria en la que estamos. Los mismos políticos que ningunean las reivindicaciones de los médicos en Navarra se van a apoyar a los médicos madrileños y sus reivindicaciones.
Standing ovation. Bravo. Ovación en pie. Me quito el cráneo ante ellos. Te doy la mano, Coronalzorriz, para todo hay que valer. Sois unos putos genios. Fírmame un autógrafo en este impreso que acabo de enviar al defensor del paciente y que archivarán por la letra pe de papelera.
Para mear y no echar gota, que como hay unas listas de espera elefantiásicas no sabemos si es por una cistitis o porque tenemos la próstata ya como un melón, sandia, cabeza de policía... foral, of corse.
Sabemos más de la sanidad madrileña, de sus ratios y de sus guardias, que de la navarra, de la que desconocemos todo. Y lo curioso del asunto es que parece que a nadie le importa, a los gobernantes porque escurren el bulto con el chivo expiatorio de Ayuso y a los pacientes ciudadanos porque quejarte de la de aquí te convierte, automáticamente, en antiforal o antiaberchándal.
Y a ver quién quiere ser tachado de antinavarro o antivasco por decir que llamas al ambulatorio y no hay forma de que te atienda nadie en un plazo razonable o que, tras esperar meses sin obtener respuesta, has tenido que ir a lo privado a gastarte 3.000€ para operarte de cataratas y no quedarte ciego.
Los políticos socialistas, podemitas y aberchándales que han destrozado la sanidad pública Navarra en un par de legislaturas se van a Madrid a defender la sanidad madrileña. En fin, es tan demencial, va el aberchandalato tan con el piloto automático con Madrid, que cualquier día tienen que subir a urgencias desde la Chantrea y acaban en el Gregorio Marañón.
Ah, que tiempos aquellos donde la mayor queja médica era la comida, que no llegaba lo suficientemente caliente la tortilla francesa, decían, o no tenía la variedad que el señorito de izquierdas reclamaba para su convalecencia, como si aquello tuviera que ser un restaurante de tres estrellas Michelin o un banquete de ejecutiva sindical ordinaria. Como si a un hospital fueran antes a comer que a operarse.
Ay, cuánta melancolía por todo lo que hemos ido perdiendo de servicios públicos por el camino del aberchandalato de Txibite y Barkos. Y eso es todo.
