Otra violación en las calles de Pamplona. La noticia empieza a ser recurrente. Un soniquete habitual. ¿Cuántas vamos ya al mes? ¿Una violación cada quince días, una por semana? ¿A nadie le mosquea el número creciente de violaciones que hay en esta ciudad? ¿Qué está pasando?, o mejor, ¿por qué no está pasando nada?
Navarra es fascinante, se puede montar un kristo del kopon para que se haga un carril bici que no usa nadie, como ese del de la cuesta del Labrit inaugurado ya y que está vacío, pero ni Juangoikoa (sic) dice esta boca es mía por el aumento significativo de las violaciones a mujeres en las inmediaciones de ese mismo carril bici.
Ser mujer de a pie, de las que van por las aceras tranquilamente, en la Navarra del Psoe se ha convertido en una actividad de riesgo. Curiosamente esta violencia que sí que es violencia sexual real, no como esas que se inventan para montar chiringuitos y colocar a los suyos a mamar presupuesto público, a la izquierda no le interesa que se hable, se pone de perfil, calla.
Y no crean que la cosa va de callejones oscuros y descampados solitarios, que por haber, ha habido ya violaciones este año hasta en la propia plaza del Castillo, a pocos metros de la puerta de la comisaría o lo que sea eso que tiene la policía de Txibite en los bajos de la diputación.
¿De la Policía Foral, comandada por el capitán general Remírez, podemos esperar algo más que intrépidos dispositivos para multar a niños en trineo la mañana de Reyes o es pedirles demasiado? Más que nada para saber si podemos contar con ellos para proteger a las mujeres o no, que no hay cosa peor que creer que tienes algo y cuando lo necesitas de verdad, darte cuenta de que no está ahí porque era solo humo.
¿Se va a tomar alguna medida por parte del gobierno de Txibite o están esperando los del Psoe a regalarle al partido de la Eta de nuevo la alcaldía de la capital para que jabalí adopte las suyas, que ya sabemos en que consisten, incrementar exponencialmente el presupuesto en los carteles metálicos –sería interesante ver quién lo cobra- de que Irroña no tolerará agresiones sexistas?
Me pierdo en la política local Navarra y sus vericuetos cutres hace tiempo, pero las violaciones suben y aquí nadie parece decir nada porque los violadores no son andaluces, blancos, gordos y alguno con tricornio y por lo tanto no dan votos. Que aquí las violaciones importan cuando a la izquierda y al aberchandalato le dan votos.
Es decir, cuando el violador es un trabajador de una clínica a la que odian, que pueden cargar contra la institución entera por ese crimen, sí que meten ruido, mucho, pero cuando le pueden restar votos porque los violadores son emigrantes, entonces ya puedes chillar mientras te rompen la vagina en dos que ninguna feminista de Irroña, ningún político aberchándal, ningún Coronalzorriz de la vida oirá nada. Txitón. Ni se solidarizarán contigo, ni desplegarán todo su aparato de focos y opinión pública y manifas porque va contra sus intereses electorales.
¿Y ese grito que hiela la sangre en mitad de la noche? ¿No será una mujer que está siendo violada? Qué cosas tienes, será un irrintzi, mujer. Venga, tú sigue buscando fascistas, que ese sí que es el verdadero peligro que tenéis las mujeres en nuestra vieja Irroña. Y eso es todo.
