- miércoles, 11 de diciembre de 2024
- Actualizado 20:02
Antes las cosas eran baratas o caras y en ese esquema mental te movías. No recuerdo haber dejado de hacer nada que quisiera hacer por el dinero. Lo caro era solo caro y decidías si te compensaba o no. Ahora lo caro es directamente inasumible. Desde hace unos años las cosas caras son imposibles de hacer. Y no hablo de comprarme un Ferrari o un ático mirando en la Concha, me refiero a cosas que considerábamos normales: un coche, gasolina, hoteles, entradas, vuelos...
Hace unos días estuve mirando entradas y hoteles para Pearl Jam en Barcelona, por aquello de los viejos tiempos. Habíamos estado hace 25 años en San Sebastián viéndolos y quería regalarle a un colega, y regalarme a mí también, un concierto como los de antaño. Imposible. Entre tickets, hoteles, peajes, gasolina y tal, la broma se iba por encima de los 1000 euros.
Con 25 años te podías mover por España, y por Europa, con una facilidad que ahora es inimaginable. Lo recuerdo porque lo he hecho. Mucho. Hacíamos excursiones a Barcelona a ver grupos mínimo un par de veces al año, del tipo de U2 en Montjuic o de Red Hot Chili Peppers en el Palau San Jordi; o Madrid para ver el fútbol con una asiduidad que hoy me resulta sorprendente.
Para ver la final de Osasuna en Sevilla la entrada fueron 200 pavos. Hoy todo empieza en los 200 pavos. Es flipante. Quieres ir a un festival: 200€. Quieres ir al fútbol: 200€.
Quieres una noche de hotel: 200€. Quieres medio pasaje de avión:200€. El otro medio también son 200€. Curiosamente lo que no ha subido es lo ilegal, que la farlopa sigue en los 60/70€ el gramo de siempre. Qué cosas, cuando el mercado no está regulado por el estado, se amolda a la capacidad de sus posibles compradores, es decir, se abarata siempre.
Éramos felices y teníamos una capacidad de compra con nuestros primeros curros que hoy se ha esfumado. No ganábamos pastizales, es que la vida se podía pagar, sin más.
No era raro tampoco, aquellos años que viví en Madrid, montarte fines de semana en capitales europeas con avión y hotel mínimo de tres estrellas. ¿Nos vamos a París? Y te ibas. Hoy, olvídate. Si consigues llenar la cesta de la compra sin privarte de nada ya es un éxito.
Esta pérdida de poder adquisitivo se ha acrecentado en estos años de reinado de Sánchez. Con el PSOE directamente muchos hemos dejado de ser clase media para engrosar la lista de los pobres. Mientras el PSOE se dedica a gobernar con cuestiones de humo, ideológicas, que no van a ningún lado concreto, más pobres somos los ciudadanos y más ricos son los socialistas.
Setecientos millones de euros robaron los del PSOE para ellos y sus redes clientelares con los eres de Andalucía, el mayor y más cafre caso de corrupción de la historia, y hoy el compañero Conde Pumpido se lo está borrando. La historia la escriben los vencedores, a golpe de sentencias del constitucional, que para eso es socialista.
Somos pobres, sin remedio, y cuanto más rápido lo asumamos antes podremos ciscarnos más y más gente en el PSOE y sus socios, que se hacen llamar partidos de progreso, para vacilarte y humillarte de forma más burda si cabe, sin escrúpulo alguno. Qué hijos de fruta son. Y eso es todo.