• jueves, 02 de mayo de 2024
  • Actualizado 07:37

Opinión / A mí no me líe

El tedio de una noche de verano en Pamplona

Por Javier Ancín

La temperatura en casa había bajado de 18°C, que es el mínimo al que está programado el termostato para no congelarme en invierno. El móvil decía que en la calle estábamos a 11°C. Es 4 de agosto y sigue siendo -regardez la gilipolluá- el verano, dicen los afirmacionistas, más caluroso de la historia mundial.

Varias personas caminan bajo la lluvia la plaza de la Cruz en el II Ensanche de Pamplona. IÑIGO ALZUGARAY
Varias personas caminan bajo la lluvia la plaza de la Cruz en el II Ensanche de Pamplona. IÑIGO ALZUGARAY

Querido diario, me he levantado a mear a las 6:45 de la mañana y al entrar en el baño me he dado cuenta de que la calefacción estaba encendida. La temperatura en casa había bajado de 18°C, que es el mínimo al que está programado el termostato para no congelarme en invierno. El móvil decía que en la calle estábamos a 11°C. Es 4 de agosto y sigue siendo -regardez la gilipolluá- el verano, dicen los afirmacionistas, más caluroso de la historia mundial.

Luego ya no he podido dormir, como siempre me pasa... a mí y a Jota, el cantante de los Planetas en la canción Un buen día.

Echo de menos que entre el sol por la ventana del cole y jugar, reflejándolo sobre el cristal del reloj Casio atado a la muñeca, como si fuera un rayo láser, para deslumbrar con el brillo al compañero de tres pupitres más adelante. De niños hasta el aburrimiento era más divertido.

Estoy por cogerme después la moto que me han dejado este verano y bajarme a Biarritz para ver comer a las focas en el Musée de la Mer, que es otra forma de pasar el tedio, mirar cómo se aburren también hasta los animales: chapuzón buceando en el estanque de la azotea, un rato al sol o a las nubes, hacer alguna cucamona para divertir al personal, que el cuidador te lance un pez y vuelta empezar.

O cómo crees que se aburren, porque a lo mejor están la mar de entretenidas en su impresionante mansión art déco mirando las caras -graba las caras, foca Juan-, de los que nos agolpamos a su alrededor. Si lo piensas, hace falta tener moral para plantarte enfrente de nada para verle comer. En fin, otra gilipolluá más del ser humano.

Leo que el acuarium de Biarritz, una preciosidad de edifico, fue inaugurado en 1933. El mismo año que en España las izquierdas le daban fuego al país, empezando por Asturias, porque habían ganado las derechas las elecciones. Nada cambia -ah, la melancolía-. Hoy el PSOE es el mismo que nos llevó con su actitud a la guerra civil: la derecha no tiene derecho a existir y no es solo que no se pueda pactar con ella, como ha desautorizado Sánchez a su sucursal de Ceuta por su acuerdo con el PP, es que hay que expulsarla de todos los espacios públicos.

Ya es de día y está nublado. Triste todo, y sin tan siquiera pensar en ti. Me bajaría a desayunar al bar pero está cerrado por vacaciones y además hace tiempo que dejaron hasta de traer el Marca, para leer algo entre sorbo y sorbo del café con leche, así que me he acercado a mi pequeña biblioteca a por el último tebeo de Ibáñez que me compré y que no recordaba, El tesorero, hace como seis o siete años, quizás más, que los lustros a esta edad ya vuelan.

Este año se han muerto los dos autores que me enseñaron que se podía leer sin que te lo mandaran, por iniciativa propia, porque sus páginas eran unas risas aseguradas. Uno es Ibáñez y su universo de personajes, desde Mortadelo y Filemón, pasando por el profesor Bacterio, el botones Sacarino, Otilio y sus chapuzas con Pepe Gotera. Y el otro es Juan Muñoz Martín, que quizás por el nombre les suene menos, pero seguro que sus obras ya inmortales las conocen todos: Fray Perico y su borrico y El pirata Garrapata.

Sin ellos nada de lo que vino después, ni un libro, pero es que estoy seguro de que ninguno, habría conseguido terminar. No puedo estarles más agradecidos. Ni escrito estas entradas de mi diario, claro. Pídanle responsabilidades a ellos, a mí no me líen, haters de mis entretelas. Y eso es todo.


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
El tedio de una noche de verano en Pamplona