Considero que hay aspectos que, a lo largo de la competición, se podían haber mejorado para conseguir algunos puntos más en la clasificación; voy a señalar algunos que, según mi opinión, han tenido más relevancia y tienen todavía solución.

Lo de “la Salud” y “Osasuna” han sido palabras que van unidas en esta tierra, incluso cuando vienen mal dadas, como es en estos momentos de la competición; un Osasuna sin ambiciones clasificatorias, con peligro de caer en zona peligrosa de la tabla, sin rasmia en el campo, sin conexión con la grada, con un entrenador al que se le discuten demasiadas decisiones, con deficiencias en el hacer del equipo cada domingo, sin ni siquiera poder discutir la alineación, ya que siempre es la misma y no sabemos si hay otra, y todo lo que ustedes quieran añadir.
En estos momentos, la realidad es que de Osasuna habla todo el mundo, y no para bien. Las victorias en San Sebastián contra la Real y en el Sadar contra el Barcelona son las que nos han mantenido un poco a flote en la clasificación. Pero no se puede vivir de rentas tan escasas, sino del quehacer diario del equipo.
Considero que hay aspectos que, a lo largo de la competición, se podían haber mejorado para conseguir algunos puntos más en la clasificación; voy a señalar algunos que, según mi opinión, han tenido más relevancia y tienen todavía solución.
El encaje del equipo con el nuevo entrenador fue el adecuado y sin traumas, por lo que el equipo no se resintió, sino que obtuvo buenos resultados en su comienzo.
El desastre del Levante español por las riadas de donde procede nuestro entrenador produjo un lapsus (por ausencia lógica) que rompió la buena dinámica del grupo.
La deficiente gestión del equipo y evolución del juego en algunos partidos concretos, que se comenzó ganando y terminó empatando, lastraron en puntos la marcha del grupo.
Conforme han ido pasando los encuentros, hemos comprobado que no contaba nada más que con 13 ó 14 jugadores, los demás le sobran. Esto conduce, en principio, a que la plantilla titular que juega casi todos los partidos sume demasiados minutos de esfuerzo, que se traducen en cansancio acumulado, falta de ideas y ambición. El resto de la plantilla que no participa, consecuentemente, pierde ilusión y no se motiva lo suficiente cuando le toca salir algún minuto, porque ya sabe que, aunque lo haga bien, no se cuenta con él.
Los planteamientos totalmente iguales cada partido, sea cual sea el contrario, hacen que los demás equipos sepan con anticipación casi todo de Osasuna. Caso especial el de los laterales, que son el único inicio y final de los ataques que propone Vicente, descompensando las posiciones del equipo tras la pérdida o robo del balón.
En un club cantera, no se puede entender que a estas alturas de la temporada no haya debutado ningún jugador del Promesas.
El aspecto defensivo del equipo ha sido su caballo de batalla, especialmente el de sus centrales, que ha sido la comidilla de los comentarios de aficionados y periodistas cada día de partido.
Entiendo que es muy fácil ver los toros desde la barrera, pero, Sr. Entrenador, algo tendrá que hacer para que esta dinámica cambie; no se preocupe, que a peor no irá el equipo, porque sabemos mucho de reacciones ante la adversidad, pero provóquelas usted, que la plantilla responderá.