Elena Aróstegui y su equipo de trabajo han inaugurado hace pocas fechas el restaurante Aróstegui en la calle Juan de Labrit número 19 de Pamplona. Un local que hasta hace pocos meses fue el restaurante Ábaco y antes el restaurante Hartza.
Es un establecimiento que está muy cerca de otros que hemos conocido en esta sección de comercio local, como es el caso por ejemplo del bar Txirrintxa en la esquina de las calles Estafeta y Juan de Labrit.
Elena Aróstegui es una hostelera navarra con gran experiencia. Comenzó con el hostal Aróstegui en Garaioa y en 2008 fue la gestora de los apartamentos y del nuevo hotel Roncesvalles. Posteriormente, dirigió el bar Iruñazarra en la calle Mercaderes hasta el año 2019. Después, volvió al negocio familiar en Garaioa.
A comienzos de febrero ha abierto el restaurante Aróstegui en lo que fue el Ábaco desde junio de 2016 hasta el 31 de julio de 2022. Fue antes el famoso Hartza desde 1971, aunque fue en 1985 cuando se trasladaron al número 19 de la misma calle, y cerró en 2009.
Elena Aróstegui ha atendido a Navarra.com: "Estamos con mucha ilusión y con muchas ganas porque es un local pequeño, controlable, con una atención cercana al cliente que es lo que a mi me gusta".
"La verdad es que estamos muy contentos. Viene mucha gente conocida y estamos en un sitio muy bueno con una cocina tradicional y casera, con unos precios muy correctos y estamos trabajando", explica Elena.
"Estamos entre amigos y eso es muy reconfortante. Hay gente que disfruta de otros hobbies y el mio es atender al público y estar con la gente". Rubén Yañez es el cocinero: "Es un chaval joven, tranquilo, con mucha templanza porque la apertura ha sido fuerte", asegura la dueña del restaurante.
Ha procurado recuperar un poquito lo que era la decoración de antes: "Como si entras a la casa de un amigo, un sitio más rústico. Hemos aprovechado todo lo que había y hemos pintado e iluminado más. La gente nos dice que transmite un ambiente muy agradable y relajado", afirma Elena.
En cuanto a su experiencia con el covid: "Tuvimos suerte porque justo cuatro meses antes dejamos el Iruñazarra. Sufrimos porque daba pena como estaba el sector. Ahora hemos abierto en una época también complicada porque los costos están muy caros y también está complicado encontrar gente para trabajar", indica la dueña del local.
Se centran mucho en la comida de Navarra: "Cada vez hay más comida asiática, japonesa, peruana. En las cartas nos vamos a mucho producto de fuera y a mi me gustaría mantener nuestra identidad y trabajar con producto de Navarra como carnes, legumbres y verduras", asegura Elena.
Además del restaurante, disponen de una pequeña terraza: "Estamos en buen sitio al lado del frontón, al lado del casco viejo. No nos vamos a quejar. Poco a poco. La gente sale muy agusto y creo que ya se ha superado el miedo al covid", concluye Elena Aróstegui.
Las reseñas de los clientes en google son muy positivas, pese al poco tiempo que lleva abierto: "Me ha encantado la decoración del local, la comida estaba exquisita y el trato del personal ha sido excelente. Sin duda alguna, repetiremos. Lo recomiendo totalmente".
"Estuvimos mis amigos y yo un día después de la inauguración. Se nota la profesionalidad y a pesar de que llevaban dos días abiertos, nos han atendido como si lo hubiesen hecho toda la vida, allí se nota la profesionalidad y el buen trato al producto de calidad".
"El arroz caldoso de almejas sabor elegante a mar de la salsa americana. El rabo de toro guisado perfectamente y sacado con el hueso de la cola para corroborar que se trabaja con lo correcto. Los menuditos una gozada este manjar de colágeno y se notaba el tomate casero y en boca de deshacía correctamente".
"Excelente. El ambiente, el trato, el servicio, y lo más importante, el producto. Fuimos 3 personas, y todos los platos que pedimos estaban de 10. Si mantienen esa relación calidad-precio van a tener un éxito incontestable".
