Los pamploneses conocen la calle Juan de Labrit popularmente como la bajada del Labrit, donde está el frontón del mismo nombre, por la cuesta abajo hacia el barrio de la Chantrea. Antes del derribo de la muralla de Tejería no existía la calle, pero hace un siglo se 'abrió' la ciudad hacia el segundo ensanche y hubo que ponerle nombre.
Para unos pamploneses es lo mismo decir calle Juan de Labrit que calle Juan de Albret, ya que parece ser que con el tiempo derivó en el nombre que conocemos actualmente. Por el contrario, otros creen que se debió a un error en la transcripción inicial y de ahí viene la polémica.
Lo cierto es que la comisión del Ensanche propuso el 19 de diciembre de 1923 dar el nombre de Juan de Albret a la calle que va “desde la casa de Doña Agustina Galduroz (hoy la número 1 en la parte de arriba de la calle) hasta la muralla de Tejería”. En el acta original de la comisión del Ensanche (libro 4, folio 76), se insertó el nombre de Don Juan de Labrit, y no el de Don Juan de Albret.
El nombre "Labrit" aparece ya en unas coplas dedicadas a la real pareja en 1484 (Labrit eta errege, aita semea dirade...) Simplemente puede ser también la adaptación al euskera de cómo les sonaba el nombre "Albret", pronunciado "Albrit" y que acabó derivando en "Labrit".
El título del Baluarte del Labrit, por el que se dio el nombre a la calle, procede de Albret, que por transposición de letras o metátesis se transformó luego en Labrit.
Se le llamó así desde principios del siglo XVII en recuerdo de la destronada dinastía navarra de 1512. Según Florencio Idoate, profesor, escritor y archivero navarro, en 1644 aparece documentado con el título de Baluarte del Labrit.
De hecho, posteriormente se construyó el actual frontón municipal que fue bautizado con el título de Labrit en el pleno del 9 de junio de 1952, poco antes de su inauguración.
Esta calle solo cuenta con numeración impar, ya que el lado correspondiente a los números pares está ocupado por el muro de contención de la plaza de toros de Pamplona y los terrenos próximos con el paseo de Hemingway.
La calle se creó al derribar la muralla de la Tejería. Primero se derribó el portal de Tejería en 1918, que estaba situado al comienzo del descenso de la calzada con la calle Estafeta. De hecho, durante muchos años a la calle Juan de Labrit se le llamó la cuesta de Tejería.
El Rey navarro Francisco Febo falleció en Pau el 30 de enero de 1483 quedando como heredera al trono su hermana Catalina de Foix de 13 años de edad. Un año más tarde contrajo matrimonio con Juan de Albret de 7 años de edad.
Después de esperar diez años, fueron coronados Catalina y Juan como Reyes de Navarra en la iglesia catedral de Pamplona el 12 de enero de 1494.
La elección de Juan como esposo de Catalina y posterior rey de Navarra tuvo lugar en el contexto de una problemática situación en la que los monarcas españoles y franceses pugnaban por sus respectivos pretendientes para la consecución de sus intereses políticos.
Se encontraron con un reino navarro fragmentado por las largas luchas civiles, y carente de recursos económicos y militares permanentes. Pero este empobrecido territorio les proporcionaba mayor rango que los numerosos títulos nobiliarios franceses que poseían.
Fueron los últimos monarcas del Reino de Navarra. En 1512 son destronados al rendirse la plaza de Pamplona al Duque de Alba que llegó al frente de sus tropas desde la Taconera. El viejo reino se incorporó al de Castilla.
Juan de Albret luchó de forma incansable desde sus estados ultrapirenaicos por recuperar el reino de Navarra, empeño en el que fracasó de forma estrepitosa debido a sus alianzas francesas y agramontesas y al rechazo de los pamploneses.
Tras la irreversible incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Castilla, los últimos reyes de Navarra, regresaron a su residencia de Pau, que desde entonces se convirtió en sede de los Reyes de Navarra, ya que así continuaron titulándose en virtud de los territorios de la Baja Navarra.
Juan de Albret falleció el 17 de junio de 1516 en Pau , tras treinta y dos años de reinado junto a su esposa Catalina. La Familia Real tuvo que usar el panteón de sus antepasados los vizcondes de Bearne, edificado en la catedral románica de Lescar de la ciudad de Pau.
