A quienes han querido hacer una escapada diferente por Navarra, les ha bastado con cruzar una puerta para encontrarse con un espacio que parece pensado al milímetro para desconectar. Una casa de líneas modernas, grandes ventanales, luz natural por todos los rincones y un entorno natural que ha sido parte del encanto. Todo en ella ha invitado al descanso, al juego y a la celebración, incluso para estancias largas.
En cuanto al entorno, está situada a apenas 10 minutos de Estella y de algunos de los paisajes más emblemáticos de Navarra: las Sierras de Urbasa-Andia y Loquiz, el Monasterio de Irantzu o el Embalse de Alloz, perfecto para quienes disfrutan del senderismo, el ciclismo o los deportes acuáticos.
La vivienda alberga hasta 10 personas con total comodidad. En la planta baja se ha distribuido una habitación de matrimonio, dos baños —uno de ellos adaptado a personas con movilidad reducida—, un salón abierto con chimenea y una cocina con todo lo necesario para cocinar como en casa, o incluso mejor: horno, microondas, lavavajillas, cafetera Nespresso, tostadora, sartenes, ollas y vajilla completa. No ha faltado tampoco un gran paellero, con quemador y bombona de butano, perfecto para preparar comidas al aire libre junto a la zona de la barbacoa.
En la primera planta se han dispuesto tres habitaciones dobles con camas individuales y un baño completo. Y en la parte más alta, un ático abuhardillado con dos sofás cama, amplio, diáfano y con vistas espectaculares al Valle de Yerri, que ha aportado ese toque especial a la experiencia.
Quienes han pasado por allí han destacado la sensación de amplitud y la conexión continua con el exterior. "Estés donde estés, ves el campo, la luz, el entorno… parece que la casa respira contigo", ha expresado uno de los huéspedes.
Solo entonces, al salir al jardín, muchos han descubierto el nombre de esta vivienda tan singular: Casa Gazaga, una casa rural ubicada en Lácar, un pequeño pueblo de apenas 65 habitantes en el corazón del valle.
La propiedad ha sorprendido con una piscina, cama elástica, canasta de baloncesto, y un espacioso jardín perfectamente equipado para el descanso y el juego. Además, ha contado con una sala de juegos con acceso directo al exterior, donde se ha podido disfrutar de futbolín profesional, mesa de ping pong, billar y otros entretenimientos ideales para grupos y familias.
Los baños —tres en total— han sido también parte del atractivo, con duchas espaciosas o bañera, bien iluminados y pensados para integrarse en el diseño cálido de toda la casa. “Es una locura. Todo se ha construido para hacer vida compartida, tanto dentro como fuera. Es una casa para estar juntos”, han comentado desde la propiedad.
Quienes se han alojado con niños han valorado especialmente el entorno seguro y la amplitud de las zonas comunes. Además, se han admitido mascotas bajo petición, algo que ha agradecido quien no ha querido dejar a nadie atrás durante su estancia. La planta baja accesible también ha permitido que personas con movilidad reducida pudieran moverse con libertad.
Y todo esto, en un pueblo que también ha sabido guardar historia. Lácar, además de estar junto al Camino de Santiago, conserva joyas como la Ermita de Santa Engracia o la Iglesia de Santa María de Eguiarte, una construcción románica del siglo XII situada fuera del núcleo urbano. Para quienes buscan una experiencia más sensorial, a pocos metros se encuentra también Bodegas Asador Lezaún, una de las referencias del enoturismo ecológico en la zona.
Con su mezcla de diseño, naturaleza y tradición, la casa ha ofrecido una estancia difícil de olvidar en una de las zonas más tranquilas y auténticas de Navarra.
