Apenas faltan unos minutos para las 10 de la mañana y la vinoteca Honestus se prepara para recibir a los primeros clientes del día. Este local, ubicado en el corazón de Pamplona, en el número 12 de la calle Estafeta, es el proyecto profesional de Javier Flamarique Gálvez, quién tomó las riendas del negocio hace cinco años, cuando Honestus era una tienda de comestibles, y decidió convertirla en un templo del vino.
Flamarique cuenta que heredó la afición por el mundo del vino de su padre. En realidad está arraigada en la familia, natural de Olite, tierra de vino. Y después de años trabajando en otro sector decidió convertirla también en su profesión: "Quería dar un cambio a mi vida", relata. Por eso, se formó para obtener el título de sumiller en la Escuela de Catas de Alicante. "Tiene a los mejores formadores", se enorgullece.
Tras obtener el título, Flamarique realizó una estancia en Burdeos y se vinculó con la Asociación de Sumilleres Navarra. Cuando sintió que tenía todos los conocimientos necesarios fue cuando tomó las riendas de Honestus. De eso hace ya cinco años. Por aquel entonces, Honestus era una tienda de comestibles.
Pero él la ha transformado en una vinoteca en la que asesora a personas que quieren tener un primer contacto con el mundo del vino y, también, a aficionados que buscan vinos más especiales. "Tenemos, sobre todo, vinos de pequeños productores y de poca tirada, con una elaboración más cuidada", indica.
Flamarique pone el énfasis en el trato que da a cada cliente: "Me gusta que sea personalizado. Asesorar y aconsejar a cada cliente en función de sus necesidades".
En la Vinoteca Honestus hay una amplia variedad de vinos. Principalmente, de bodegas navarra. Pero también hay una amplia representación de las denominaciones de origen del país, así como de vinos internacionales.
Sorprende el precio asequible de la gran mayoría de botellas. Flamarique explica que esto se debe a que busca ofrecer a los clientes vino de calidad y a buen precio: "Hay una gama media muy amplia de buenos vinos y buenas bodegas", sostiene.
Y no sólo hay vino. Vende también cervezas artesanas, vermús y quesos premiados de las denominaciones Idiazabal y Roncal, entre otros productos.
Además de la venta del vino, Flamarique también ofrece la posibilidad de hacer catas. La actividad está disponible las noches de los viernes y los sábados, a las 21 horas. Y está dirigida a grupos de entre 6 y 12 personas. "Vienen muchos grupos a celebrar cumpleaños y también hacemos catas de empresas".
Tras cinco años de trayectoria al frente de la vinoteca se muestra satisfecho: "He convertido mi pasión por el vino en mi profesión. Honestus para mí significa ofrecer verdad y honestidad".
