La consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Mari Carmen Maeztu, ha rechazado este jueves dimitir de su cargo tras el incidente ocurrido en el Centro de Atención Integral a la Discapacidad San José, donde una rata mordió en la cara, mano y pie a un residente. Maeztu ha sido tajante al responder al portavoz de VOX, Emilio Jiménez, durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento foral: “No tengo intención de dimitir y estoy muy ocupada en mis responsabilidades, que son amplias”.
El portavoz de VOX ha sido muy crítico con la consejera, a quien ha acusado de no preocuparse por la víctima y de mentir sobre el estado del centro. “Viene usted aquí a hablar de encuestas de satisfacción y de profesionales magníficos, pero no se ha parado un segundo a hablar de la víctima, como si no hubiera pasado”, ha denunciado Jiménez, recordando que “es su centro, gestionado directamente por su Gobierno, y además mintió hace dos semanas diciendo que todo funcionaba perfectamente”.
El parlamentario ha relatado los hechos con dureza, afirmando que “hasta en tres ocasiones distintas la enfermera vio las heridas producidas por los mordiscos de rata en la cara, las manos y los pies de un hombre de 60 años, dejando paredes y suelo manchados de sangre”.
Jiménez ha reprochado también a UPN haber vetado la comparecencia de Maeztu y del director del centro en la Junta de Portavoces, y ha agradecido el apoyo del Partido Popular, que sí votó a favor. Ha insistido en pedir la dimisión inmediata de la consejera “no sin antes pedir disculpas personalmente al residente y a su familia”, calificando el caso como “un escándalo medieval sin precedentes”.
El portavoz de VOX ha ido más allá y ha acusado a Maeztu de “mentirosa, incompetente e insensible”, extendiendo su crítica a la presidenta del Gobierno foral, María Chivite, a quien ha señalado como “cómplice por no cesarla y por anteponer acuerdos presupuestarios con EH Bildu al bienestar de los navarros”.
En su réplica, Maeztu ha reiterado los argumentos que ya expresó hace dos semanas, apoyándose en la encuesta de satisfacción de los familiares del centro y en una carta enviada por una asociación que defendía la labor del Centro San José y de sus profesionales.
