Este viernes 15 de noviembre el Ostatu Deierri en Arizala abrirá sus puertas para recibir la obra "El reflejo de la mente", una propuesta de danza contemporánea creada y dirigida por los reconocidos coreógrafos Olatz Larunbe y Alfonso Aguilar.
La producción escénica será a las 20 horas, con entrada libre, promete ser una experiencia inmersiva que explora temas de identidad y diversidad cultural a través del movimiento.
Con una duración aproximada de 40 minutos, esta pieza ha sido concebida específicamente para teatros y salas de espectáculo, donde la cercanía con el público permite que cada detalle de la composición coreográfica sea apreciado en toda su intensidad.
"El reflejo de la mente" se centra en los lenguajes artísticos como medio para expresar emociones, conceptos y percepciones de una forma única. En esta obra, Larunbe y Aguilar han creado un ensamble escénico en el que la danza, la música, la iluminación y la escenografía se combinan para dar vida a un espacio de convivencia artística que invita a la reflexión.
La obra, interpretada por los mismos Larunbe y Aguilar, se desarrolla a través de un dueto de danza contemporánea donde los cuerpos de los artistas se cruzan, caen, colapsan, se apoyan y abrazan, evocando la inmensidad de la existencia.
Esta interacción entre los bailarines explora las sutilezas y fuerzas de la composición coreográfica, generando una atmósfera en la que el público puede reflexionar sobre el prejuicio de afinidad y la percepción inicial que se tiene al conocer a alguien. A través de sus movimientos, los intérpretes cuestionan la singularidad y la universalidad de las relaciones humanas en un tiempo y espacio finito.
"El reflejo de la mente" va más allá de una simple exhibición de danza; es una invitación a contemplar y valorar la diversidad cultural. La obra propone un diálogo entre dos personajes que, desde sus diferencias y coincidencias, reconocen y reflexionan sobre sus rasgos culturales, temperamentos y maneras de ser.
La puesta en escena cuestiona los prejuicios inconscientes y destaca el valor de la otredad, mostrando cómo la interacción con lo distinto provoca una revolución interna en cada individuo.
Esta experiencia promete un impacto emocional, ya que invita a los asistentes a sumergirse en una reflexión sobre las apariencias, los juicios iniciales y el poder transformador de la diversidad cultural. En la inmersión de este lenguaje coreográfico, el público encontrará una narrativa sutil que se despliega en cada movimiento, ofreciendo un espacio para repensar la manera en que se construyen las identidades y los vínculos en un mundo en constante cambio.
Con su llegada a Arizala, "El reflejo de la mente" trae una propuesta innovadora y sensible que celebra las diferencias y el encuentro entre culturas a través del lenguaje universal de la danza.
