- martes, 03 de diciembre de 2024
- Actualizado 12:04
Poco había en juego en este encuentro entre Ademar de León y Anaitasuna, más allá de alcanzar la séptima plaza de la tabla, que no da premio.
Los de Quique Domínguez presentaron pronto sus credenciales para complicar las cosas a los locales y seguir con su racha e triunfos.
Los de Manolo Cadenas venían de tres derrotas y se veían obligados a contentar a sus seguidores, tras una temporada en la que no han encontrado la regularidad deseada.
El partido en la primera parte no tuvo grandes diferencias. Ventajas cortas de uno y otro, máxima de dos, debido principalmente a contras rápidas por parte de ambos.
El Anaita parecía encontrar el camino en los inicios del segundo tiempo con tres arriba (19-22), pero el equipo local reaccionó y cambió el sistema de juego. Reajuste defensivo y acierto en ataque con un Gonzalo Pérez que encontraba hueco en las filas navarras.
Todo parecía decidido en el ecuador de la segunda mitad con un marcador de 30-25. Diferencia que se mantuvo durante 6 minutos, porque el técnico navarro llamó a arrebato a sus pupilos.
El tiempo muerto hizo despertar a los jugadores, que con una defensa mixta pararon en seco a los leoneses. Consiguieron una igualada a 33, pero un gol de Gonzalo en el último minuto decantaba el partido para los locales.
No terminaba el partido ahí. El Anaita tuvo la opción del empate, pero una decisión errónea por parte de los colegiados impidió que el choque terminara en igualada.
Un final con muchos nervios en la pista. Unos por la injusticia arbitral, otros porque querían los puntos a toda costa y usaban acciones no muy deportivas, les llevaron a una trifulca que no venía a cuento. Unos acontecimientos que hay que borrar de las canchas deportivas y que tienen que ser sancionadas.
El balance final del partido nos dejó ver muchos errores en ambos equipos, pero en lo que se refiere al siete navarro cabe destacar, una vez más, la gran cantidad de errores en el ataque. Pérdidas de balón absurdas que pudieron sentenciar el partido ya en la primera mitad.
La parte positiva, sin duda, hay que centrarla en la reacción del conjunto navarro. Los minutos finales fueron de lucha total.
Buena defensa acompañada de las paradas de Juan Bar en el momento oportuno y una búsqueda de los puntos que no pudo ser, porque alguien se lo impidió.