• martes, 19 de marzo de 2024
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Blog / La cometa de Miel

Un 'Día del Libro' con Juan Diego

Por Pablo Sabalza

Las cosas importantes en la vida no tienen libro de instrucciones.

Juan Diego, en una imagen de archivo en el teatro. Europa Press / Europa Press

Hace una semana disfrutamos del Día del Libro. 

Tuve la oportunidad de festejarlo con mis amigos y compañeros libreros (trabajé muchos años en la librería de El Corte Inglés), con los lectores que se agolpaban entre las estanterías y mesas promocionales en la búsqueda de alguna joya literaria y con un querido y admirado escritor que acudió a mi llamada para firmar libros en tan lírica jornada. 

Las rosas entregadas por cada venta de un ejemplar florecían entre hojas sembradas por jornaleros y jardineras tan ilustres como Shakespeare, las hermanas Bronte, Cervantes, Lorca, Julia Navarro o Santiago Posteguillo, entre otros.

Tras finalizar la firma de libros programada y despedirme del autor de la obra, Los lenguas cortadas, Cirilo Leal, caminé errante por esos pasillos de conocimiento e imaginación.

Y es curioso, puesto que la semana pasada desperté con el fallecimiento de uno de mis actores españoles favoritos, Juan Diego, quien, a la postre, está muy vinculado a ese deambular mío durante el Día del Libro que les estaba apuntando, ya que estuve revisando distintas ediciones del libro de Miguel Delibes, Los Santos inocentes, en la que actuó de manera extraordinaria tan reputado artista.

La obra la pueden encontrar en la editorial Espasa Calpe

Para aquél que no conozca este libro le diré que se trata de una denuncia que visibiliza la desigualdad entre campo y señorío. Por un lado encontramos a los siervos: sumisos, respetuosos con el amo y perros de caza de sus señores.

Y por otro, hallamos a los señores que, con su mentalidad de clase de privilegios y sin consideración ni piedad con sus siervos, campan a sus anchas.

La explotación y sufrimiento se manifiesta en el padecer de los que estaban abajo, es decir, las clases más pobres, que carecían de oportunidades para tomar otro rumbo.

Frases como:

‘Con una pizca de conocimiento podrá salir de pobre’; ‘Aquí estamos para lo que guste mandar’; ‘Tú, oír, ver y callar’; ‘Limpia la cocina, barre la casa y prepárale algo de comer a tu marido…’

Una vida sin futuro, sin sueños y con un destino impuesto.

Una novela ambientada en los años sesenta, sabe usted.

Y en esa niebla de Extremadura donde se localiza la obra aparece la poesía.

Poema en forma de personaje literario en la figura de Azarías. Dulzura para y con todos los seres vivos. Alma pura de la obra y santo inocente de esa España rural que aún perdura en ciertos lugares y yo lo sé bien, pues la conozco sobradamente. Enamorado de los campos, de las aves, de su familia (la niña chica).

Esta lírica novela se llevó al cine de la mano del realizador, Mario Camus, en el año 1984.

Con motivo de la muerte de Juan Diego fue emitida por Televisión Española, así que si se la perdieron siempre pueden disfrutarla a través de la página web de la cadena pública.

Protagonizada por nuestro paisano, Alfredo Landa (que a veces, físicamente, cuando eras un poco más joven, me recuerda a ti, papá), Paco Rabal (en el papel de Azarías. Impresionante actuación), Terele Pávez (pobre Régula. ‘A mandar, que para eso estamos’) y mi eterno actor favorito, Juan Diego (el señorito).

No se la pierdan, por favor. También es poesía y así pueden alargar el Día del Libro un poquito más.

Estarán de acuerdo conmigo en que merece la pena perderse por una librería, ¿verdad?

Allí donde no existen clases sociales. Donde el rico y el pobre son personas. Nada más.

Donde un libro te lleva a una película y una película al recuerdo imborrable de un actor eterno.

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Un 'Día del Libro' con Juan Diego