Durante años se han cancelado películas por aspectos externos a las propias películas, ahora le ha tocado a “Emilia Pérez”.
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Durante años se han cancelado películas por aspectos externos a las propias películas, ahora le ha tocado a “Emilia Pérez”.
La corriente Woke, despierto en inglés (haciendo referencia a despertar y ver una sociedad esencialmente racista, clasista y machista), ha estado invalidando películas y artistas desde 2016. Empezó con la llegada de Trump pero explotó con el escándalo de Harvey Weinstein. Fue una oportunidad para quitar la careta a mucha gente que había campado a sus anchas y que varias víctimas denunciasen
Es importante recordar que tuvo que ir un periodista de Nueva York (Ronan Farrow para The New Yorker) para destapar el caso en el otro extremo del país, California. Es decir, tuvo que venir alguien de fuera para hacer el trabajo de los periódicos y revistas de Los Ángeles.
Tras ser un punto de inflexión necesario en el mundo de la cultura, se pasó de frenada al cometer excesos ya que el movimiento empezó a dedicarse a casos en los que la justicia no tenía nada que decir: Juzgando comportamientos o comentarios legales se condenaron al fracaso. Eran juez, jurado y verdugo y otorgaban la misma pena a diferentes actos. Mezclaban la moral con la justicia, todo esto sin una cara responsable no podía acabar bien.
Sobre todo, porque está línea de pensamiento planteaba que cuando un artista caía al hoyo del ostracismo, también lo hacían todas sus obras (Woody Allen). Como ejemplo esta semana ha pasado algo sorprendente. Ahora que esta dinámica cuenta con menos peso, no solo se ha saldado una nueva víctima sino un tipo de víctima que hace 5 años hubiera sido intocable: la mujer trans protagonista de “Emilia Pérez”, Karla Sofía Gascón.
“Emilia Pérez” es una película francesa que retrata la miseria de la guerra de la droga en México y cómo funciona amparada por la corrupción (me encantó y podéis mi crítica aquí). Seguimos esta historia a través de una abogada que es contratada para gestionar el cambio de sexo de un Narco que quiere huir de la justicia.
Esta película se estrenó en Cannes, lo petó y ha seguido teniendo éxito durante toda esta temporada que precede a los Oscar. Sin embargo, en redes se ha ido generando un odio desorbitado hacia el film francés. Por un lado, a muchos mexicanos no les ha encantado que un francés venga a hablar de su corrupción. Además, Selena Gómez en la película habla un español ininteligible y también se le ha puesto en la diana. Y para aquellos que nunca quisieron comprender la película, se les ha vendido como la gran obra woke absurda que acapara premios solo por tener una actriz trans, a menudo compartiendo clips de la película que sin contexto hacen que la película parezca descabellada. La gestión de la actriz protagonista no ha sido la mejor entrando al trapo en exceso.
Todo este odio en redes explotó cuando el film recibió 13 nominaciones a los Oscar, muy pocas en la historia lo han conseguido, y esto infló el odio hasta encontrar munición pesada. Una munición tan pesada que sorprende que el equipo de la película no lo hubiera investigado, sabido antes y que sus detractores hayan tardado tanto en encontrar. Se trata de una serie de Tweets difíciles de defender, controvertidos y que la muestran como una persona aparentemente racista.
A mí me parece absurdo que esto influya a la hora de juzgar la película o la actuación de la protagonista, solo son unos tweets de hace 5 años. Hasta hace dos días Karla era la favorita para ganar el premio a la Mejor Actriz protagonista. De la misma forma que “Emilia Pérez” sí me parece una gran película, creo que la interpretación de Karla es buena pero nunca me ha parecido algo increíble. Quizás se lo merece más Demi Moore o la propia Zoe Saldana.
Me parece una oportunidad perfecta para recordar que todos tenemos pensamientos que si fueran tweets serían suficientes para perder amigos o que nos echaran del trabajo. Los Oscar no premian la vida privada de los actores, ni sus hechos ni sus declaraciones en redes sociales ni personas que hayan tenido vidas perfectas. Premian a artistas y su trabajo en una obra concreta. Una persona no es un tweet. Los tweets de Karla son de una persona con mala leche pasando una mala racha o al menos es la sensación que da.
No hay duda de que la Academia ha querido instrumentalizar la película como altavoz de las causas que la película defiende y obtener el titular de “el primer Oscar a una mujer trans”, ahora deben hacerlo hasta sus últimas consecuencias.
Les interesaba una parte de Karla, así que espero que las votaciones se mantengan y no puedan tocar lo que los miembros de la Academia ya han elegido. Por último y por suerte, su compañera en la película, Zoe Saldana, ha podido hablar del tema aportando algo de sentido común:
"Me entristece mucho porque no lo apoyo y no tolero ninguna retórica negativa hacia personas de ningún grupo. Sólo puedo dar fe de la experiencia que tuve con todos los individuos de la película fue de colaboración y equidad racial, cultural y de género. Me entristece que tengamos que afrontar este revés ahora mismo”.
Muchas de las películas que produjo Weinstein son los mejores títulos de los 90, ¡Nos descubrió a Tarantino! Y tampoco se nos debería escapar el hecho de que a Karla y al equipo de “Emilia Pérez” se le ha tenido en el punto de mira desde antes de conocerse estos tweets y había tanto odio que hasta que no encontrasen algo que frustrase su camino a los premios no iban a parar.
La película es la película, ir al cine es entrar en un mundo creado por artistas que nos permite salir de la realidad.