El mes de diciembre de 2021 ha estado plagado de actos realizados por descerebrados euskaldunes en homenaje a diferentes asesinos en serie, tratándolos como a auténticos héroes. Entre ellos, un gran gudari cuyo mérito era haber asesinado a cinco niñas en Zaragoza, que hace falta ser un gran luchador vasco para acometer semejante heroicidad. Los 40 de Artajona pusieron en fuga a toda una ciudad como Donosti sin pegar ni un tiro y como respuesta, ahí estaban los diferentes gudaris para, años después, poner las cosas en su sitio a golpe de tiro en la nuca, bomba lapa o asesinato de mujeres y niños que no podían defenderse.
Y es precisamente en recuerdo y honor de tan magníficos gudaris que este mes de diciembre los euskaldunes de pro han tenido a bien realizar multitud de actos en honor de tan valientes y osados guerreros vascos.
Pero como comandante de submarinos, no debo caer en la trampa de poner en mi objetivo a tan valientes y osados gudaris, que lo mío es patrullar y fijarme en el día a día de lo que ocurre en nuestra Navarra foral y española, en las gentes que se levantan cada mañana y sacan adelante con dignidad y honradez a su familia, su tierra, su país…
Y hoy, dos de enero del 2022 he izado mi periscopio, y como siempre café negro y fuerte en mano, he realizado un recorrido de 360º en torno a mi submarino Foralico.
Y ahí está la madre María Dolores, superiora de la Hermanitas de los Pobres, atendiendo con el resto de la hermanitas a más de ochenta ancianos y ancianas que nada tienen y todo precisan. Y dándoles lo más necesario y perentorio para ellos y ellas, que no es otra cosa que cariño y amor. Y si además, gracias a la generosidad de multitud de navarros pueden ofrecerles algunas deliciosas viandas, para los demás algo cotidiano y vulgar, miel sobre hojuelas.
E Ignácio y Jose Angel, párrocos respectivamente de varias localidades de la Ribera y el Baztán, que haciendo de tripas corazón compaginan los dolorosos entierros por el dichoso Covid con palabras y acciones de cariño entre sus parroquianos, que otra cosa material no tienen, pero un corazón abierto al Amor nunca falta.
Y qué decir de Mariángeles, enfermera del Hospital que no pudo celebrar la nochevieja con su marido y sus tres hijos porque tenía que cuidar a un montón de negacionistas que en su día decidieron no vacunarse y hoy sus vidas cuelgan de un hilo en la UCI.
Y Alex, policía municipal, que hoy duerme agotado tras haber patrullado su localidad durante casi 48 horas intentando que algunos irresponsables guardaran las mínimas medidas de seguridad contra la dichosa pandemia.
Y Lourdes y Elena y Javi y Teresa y Guillermo y Fer y Aitor y… tantos y tantos que a diario velan por protegernos a todos de cualquier amenaza que nos aceche.
Porque sí, hay una inmensa mayoría de navarros que cada día se dejan la piel y se juegan la vida porque los navarros y nuestros hijos podamos vivir mejor y mas seguros. Y luego hay algunos pocos, unos escasos chalados y descerebrados cuya misión en esta vida es cantar los méritos y glorias de unos gudaris asesinos de inocentes, mujeres y niños.
Pero que no, que ni nos amargaron el final del 2021 ni van a condicionarnos el inicio del 2022. Que uno ya peina canas y sabe que el bien es infinitamente mayor aunque más callado que el mal. Y no merece la pena fijar el periscopio en las sucias y hediondas cloacas sino fijarlo en la aireada superficie donde tantas y tantas personas se dedican a hacer el bien y ayudar a quienes viven en torno suyo.
El Niño Dios ha nacido en Belén y todavía hoy nos desborda con su Amor.
Bajo el periscopio y me postro ante mi pequeño Belén…