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Opinión /

El análisis del voto en Navarra en las elecciones generales el 23-J

Por Iván Sánchez

Las elecciones generales del pasado domingo han dado la sorpresa en España, pero ¿qué han supuesto para Navarra?

María Chivite y otros cargos socialistas celebran la victoria en Navarra en las pasadas elecciones del 23-J. EFE

Como bien sabrá, el pasado domingo 23 julio se celebraron elecciones en España, donde reinó la sorpresa. Por un lado, Feijóo obtuvo una victoria muy agridulce, lejos de los 176 diputados necesarios para gobernar. Por su parte, Sánchez quedó segundo y sorprendió mejorando ligeramente sus resultados del año pasado, un gran éxito dadas las previsiones que se le tenían. Pero ¿qué pasó en Navarra?

En Navarra el reparto de escaños estuvo dentro de lo previsible. La única incógnita estaba en si los 2 escaños previstos para el centroderecha se aglutinarían en el PP o si se repartían entre PP y UPN. Finalmente, tanto UPN como PP consiguieron 1 escaño cada uno, al igual que Bildu, mientras que el PSN consiguió 2. Por otra parte, de cara al Senado el resultado fue 3 escaños para el PSN y 1 para UPN. Hasta aquí, pocas sorpresas.

Sin embargo, si nos fijamos, no en los escaños, sino en el número de votos, comienzan las sorpresas. Y es que EH Bildu se convirtió en la segunda fuerza política en Navarra. Con unos 58.000 votos, Bildu se situó por encima tanto del PP (56.000) como de UPN (51.000), aunque todavía muy alejado del PSN (92.000). Ahora bien, ¿a qué se debe que Bildu haya logrado ser la segunda fuerza en Navarra? ¿Acaso ha aumentado de forma exponencial el apoyo al independentismo o se trata, más bien, del resultado de las divisiones entre otros partidos?

Si consultamos los datos, todo nos induce a creer que se trata de lo segundo. Que Bildu sea segunda fuerza en Navarra se explica por la fractura dentro del centroderecha. La suma de PP y UPN (108.000) supera considerablemente al resultado obtenido por NA+ en las últimas elecciones (99.000), y, tomados en conjunto, los colocaría como primera fuerza, por delante incluso del PSN (92.000). Sin embargo, es relevante mencionar que la fractura del centroderecha no ha tenido repercusión electoral por poco. En el caso de que los votos hubieran estado repartidos de forma menos equitativa, por ejemplo, si, con el mismo número de votos (108.000), el reparto hubiera sido 65.000 PP y 43.000 UPN, Sumar hubiera arrebatado el escaño a UPN. Es decir, que si bien el centroderecha ha ganado cerca de 9.000 votos, su división podría haberle costado cara.

Por otro lado, me parece importante recalcar que el independentismo no ha ganado apoyos, sino que los ha perdido. Aunque Bildu ha ganado más de 2.100 votos con respecto a las pasadas elecciones, Geroa Bai ha perdido casi 3.000. Y todo ello en unas elecciones con 11.000 votantes más que en la anterior. Por tanto, que Bildu haya ganado apoyos no es fruto de que el independentismo esté creciendo, sino de que se esté radicalizando. De hecho, esto último también está ocurriendo en el País Vasco. Aquí no estamos hablando de una subida de 2.100 votos, sino de que Bildu ha aumentado sus apoyos en más de 50.000. Pero esto es solo una parte de la fotografía, pues si nos fijamos en el PNV, este ha perdido más de 100.000 votos. Todo ello supone una pérdida de más de 50.000 para el independentismo vasco. De nuevo, por tanto, vemos que el independentismo está perdiendo apoyos al mismo tiempo que se radicaliza.

Si el independentismo se está radicalizando, ¿pasa lo mismo con el voto no independentista en Navarra? Lo cierto es que no. Si miramos a los datos, tanto a derecha como a izquierda, el voto extremista se mantiene o se reduce. Comenzando por la derecha radical, Vox en Navarra pierde 200 votos con respecto a las elecciones pasadas, pese al mencionado aumento en participación. Si nos fijamos en la extrema izquierda, el descenso en votos es considerablemente mayor. Sumar consigue 12.000 votos menos que Podemos en las últimas elecciones (43.000 frente a 55.000), de los cuales la mayor parte van a parar al PSN, que mejora su resultado en 9.000 votos. Algo similar ocurre en el País Vasco, donde el PSE ganó 60.000, mientras que Sumar perdió 55.000.

En resumen, las elecciones del pasado 23 de julio dejan en Navarra: primero, un independentismo con menos apoyos, pero más radicalizado; segundo, una centroderecha con más votos, pero fracturada; tercero, una derecha radical que se mantiene; y, cuarto, una izquierda que se modera.


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El análisis del voto en Navarra en las elecciones generales el 23-J